GALERA TREINTA Y CINCO SIEGLOS DE HISTORIA (Capítulo nº 75)

EDAD MODERNA

IX.8h. LA POBLACIÓN (III)

Entre estos vecinos -y algunos de otra naturaleza- surge un fenómeno que hasta la fecha no había sido muy frecuente, como es la reivindicación por parte de algunos de ellos de títulos nobiliarios, que reconozcan sus méritos personales o heredados.

En ello están puestos dos tipos de aspiraciones: las que persiguen únicamente un prestigio social y las que buscan a través de estas declaraciones un beneficio de carácter económico, sin excluir los que pretenden eximirse de las cargas fiscales al alcanzar un nivel social que, entre otras, tengan estas prebendas.

Son varios los documentos que nos informan sobre los trámites seguidos -con participación del Ayuntamiento- a fin de conseguir tal o cual reconocimiento. Cronológicamente se desarrollan de la siguiente manera: El 29 de agosto de 1706 los hermanos don Gregorio y don Juan Maldonado Palomeque1 presentan ante el gobernador de las villas de Galera y Orce y el escribano de la primera documentación referida a sus abuelos paternos y maternos por la cual demuestran cómo éstos, naturales de Motril incluido el padre de los comparecientes, don Juan Maldonado Palomeque, «eran hidalgos caballeros y habían obtenido grandes empleos en servicio de su majestad y de la república en dicha ciudad de Motril y otras partes y por lo mismo dicho don Juan y los referidos sus hijos eran tenidos en esta villa por nobles ».

Por todo ello, el citado gobernador reconoce esta condición a ambos hermanos, ordenando que se haga constar dicho reconocimiento en el Libro Capitular de ese año. A continuación se les acredita como tales nobles para que, presentándose en Baza se les asignen los destinos en el Ejército que correspondan a su calidad. Pero no sería por mucho tiempo, como veremos.

La Guerra de Sucesión dio oportunidad, así mismo, de que algunos de nuestros vecinos escalasen puestos en la gradación social. Uno de ellos es Lucas García, que presenta su nombramiento – el 4 de abril de 1711 igual que los siguientes- como Sargento de la Compañía de Milicias que ha actuado en socorro de la costa del Reino de Granada.

En la misma compañía han servido Miguel de las Eras y Francisco Gómez, quienes han conseguido los galones de Cabos de Escuadra en la misma Compañía, con cuartel en Vélez Benaudalla.

Unos dos años más tarde, procedente de la misma unidad que los anteriores, -formada con soldados de Galera- el también natural de la villa, don Antonio Romo Blanes, muestra ante el Cabildo su título de Capitán expedido por el rey.

Nada más iniciado el año 1733, precisamente el día 3 de enero, en la sesión del Concejo que tiene lugar con asistencia de todos sus miembros, inclusión hecha del gobernador de las villas, hace acto de presencia el natural y vecino de Orce, don Antonio Mateo de Morales y presenta testimonios que garantizan su ascendencia noble «justificaciones que acredita su goce, posesión y propiedad de caballero hijodalgo notorio de sangre en que se halla y en que han estado sus padres y abuelos … pidiendo que en fuerza de todos sus papeles se le haga el recibimiento de tal caballero hijodalgo en esta villa». Ante lo cual, los miembros del Cabildo «dijeron que desde luego lo recibían… por tal caballero hijodalgo notorio… exceptuándolo de todos los pechos, derechos y cargas concejiles de que no están exentos los del estado general», que entre otras cosas, seguramente era de lo que se trataba.

El 28 de febrero 1733 se materializa el nombramiento de don Antonio de Ambel como Fiscal y Padre de Menores. Éste había sido con anterioridad alguacil mayor de las villas de Galera y Orce. Refrendado por el marqués de Aguilafuente, comparece con tal título ante el Concejo de la villa, que lo acepta como tal.

Otros dos orcenses, -don Francisco y don Pedro Segura Nieto- con haciendas en término de Galera, que seguramente le habían tomado gusto a la cosa de la hidalguía según estaban viendo a algunos de sus convecinos, echan mano nada menos que a una Real Provisión de Carlos III en la cual se proclama que, efectivamente, tienen derecho a tal consideración. Y, por descontado, a lo que no es necesario especificar, según se estaba poniendo el paisaje fiscal de las exenciones por razón de estamento.

Y hete aquí que aparece nuevamente en el Ayuntamiento, con renovados bríos, nuestro don Lucas Antonio de Morales, esta vez pertrechado con un título de notario del reino, igualmente otorgado por el mejor alcalde de Madrid. Así, que «visto por estos señores, leído y entendido, lo pusieron sobre su cabeza2 como instrumento dado y firmado por su Rey y Señor natural, con las mayores demostraciones de veneración y rendimiento».

Ni qué decir tiene que nuestro joven -y sin embargo don- Lucas, fue admitido como tal titulado, que fue anotado en la lista de los de esta clase el 10 de abril de 1764. Diez años más tarde, el 19 de julio, de nuevo resuena el nombre de don Lucas en la sala capitular del ayuntamiento con acentos de gloria. En esta ocasión es para recibirlo como Escribano de las villas de Galera -donde había nacido- y Orce -de donde era su padre, como recordamos-, expedido por el marqués de Aguilafuente.

Ese mismo día toma posesión de la escribanía de nuestra localidad. Pero no siempre nuestros munícipes se lo tragaban todo. Ni mucho menos. Y eso lo decimos porque nos viene a la mano el recuerdo de nuestros primeros protagonistas de este apartado de la titulomanía, los Maldonado Palomeque.

El caso es que cuando han pasado nada menos que 75 años del primer intento, aparece un don Gregorio MaldonadoPalomeque que reclama lo mismo que había hecho el otro don Gregorio, seguramente abuelo o tío abuelo suyo. Y aunque exhibe títulos y demás papeleo demostrando los méritos de sus antepasados en Motril, así como su pertenencia a la Hermandad del Santísimo Sacramento -qué cosas- los regidores dicen que se le deniega tal reconocimiento «en atención a que ha tenido cargos concejiles y ha pechado como miembro del Estado Llano». Decepción, sigue la contribución.

1 Un escudo de esta familia ha permanecido en la localidad hasta hace pocos años en que ha sido trasladado a Madrid.

2 No a don Lucas, sino a su flamante título.

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