El 9 de junio de 1964 los términos municipales del norte de la provincia de Granada, principalmente, los de Galera y Orce, se estremecieron sacudidos por un terremoto que alcanzó la magnitud 4’8 cuando eran aproximadamente las tres y media de aquella madrugada.

Pese a que no hubo que lamentar daños personales y los producidos en los edificios no fueron excesivamente importantes, las autoridades de la época consideraron que era conveniente erradicar las numerosas viviendas en cuevas que había en dichas localidades, y a los pocos años del suceso -en los primeros setenta- se habían levantado en ambas sendos barrios, las “casas nuevas” del barrio de San Antón en nuestro pueblo.

En el extremo este del flamante barrio, separadas por una calle sin nombre, se encontraban las viviendas de los maestros y las escuelas. Estas últimas fueron demolidas al inaugurarse el nuevo colegio en la llamada “huelga” y levantado en su solar el actual complejo de viviendas flanqueado por las calles Juan de Austria al norte, San Antón al sur y la citada calle sin nombre al oeste.

Unos años después, concretamente en 1982, aparece en la extinta Revista Comarcal LA SAGRA, de ámbito comarcal, la siguiente entrevista:

El 6 de agosto de 1982, entre los actos programados para las fiestas en honor del Stmo. Cristo de la Expiración, figura un homenaje popular a doña Ana Caracuel Molina, que tiene lugar en la plaza del pueblo, con la asistencia masiva de centenares de personas.

Los obsequios que le fueron entregados, placa conmemorativa, Cristo de Dalí y broche en forma de Granada -estos dos últimos en oro macizo- fueron costeados por suscripción popular, donativos recaudados en apenas un mes por tantas gentes que estaban sinceramente agradecidas a la labor de aquella providencial y generosa mujer.

El Ayuntamiento de la época considera que tal benéfica figura es merecedora de un recuerdo permanente en la localidad y acuerda darle su nombre a la repetida “calle sin nombre”, que pasa a ser calle ANA CARACUEL.