GALERA TREINTA Y CINCO SIEGLOS DE HISTORIA (Capítulo nº 96)
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LA VIRGEN DE LA CABEZA BAJA DE SU ERMITA
Según establece la más reciente tradición, el día 1 de junio de cada año, al concluir la celebración de “las flores” en honor de la Virgen María, la imagen de la Virgen de la Cabeza es trasladada al templo parroquial de la localidad para culminar los actos con un novenario, lo cual se cumplió con toda puntualidad.
Y decimos “la más reciente tradición” porque esta procesión no tenía lugar antes del año 1964. La imagen se trasladaba sin ningún tipo de ceremonia hasta el templo parroquial, en el cual se le ofrecía un triduo, un quinario o un novenario, al final del cual sí que se llevaba en procesión hasta su santuario.
Pero el día 9 de junio de 1964, hacia las 3:30 de aquella madrugada, un violento temblor de tierra causó el pavor entre los vecinos del pueblo. A lo largo de casi todo aquel verano, los terremotos se sucedieron, aunque con menor intensidad que el primero de ellos. Afortunadamente, salvo pequeños daños en algunas viviendas, no hubo que lamentar daños personales.
En acción de gracias por ello, el año siguiente, una vez terminados los cultos en honor de María en el templo parroquial siguiendo la centenaria costumbre, se fijó para lo sucesivo el día 9 de este mes de junio para organizar la procesión de subida a la ermita. Y así se mantiene desde entonces, además de haberse establecido igualmente que el traslado de la imagen desde su ermita hasta el templo parroquial sería en forma de procesión pública.
Por consiguiente, el pasado día 1, tras el ofrecimiento de “las flores” y la celebración de una misa en la capilla del cerro, se procedió a llevar a cabo la procesión referida. En ella son las mujeres de la localidad quienes trasladan la imagen entre cánticos marianos, varios de ellos prácticamente únicos en la villa. Concluida la procesión, la imagen quedó depositada en la iglesia para culminar los actos previstos en los próximos días, siempre antes del 52º aniversario del terremoto, en cuyo día será trasladada de nuevo hasta su sede habitual.