GALERA TREINTA Y CINCO SIEGLOS DE HISTORIA (Capítulo nº 95)
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DESCRIPCIÓN, POR ODEN GEOGRÁFICO, DE LAS SEPULTURAS DE LA NECRÓPOLI DE TÚTUGI Y DE SUS AJUARES RESPECTIVOS.
XX
Sepultura 89.- Cámara sepulcral y callejón de entrada con aparejo de mampostería. Ajuar: una urna con los restos humanos incinerados, de forma de tulipa, con una gran faja en rojo, que cubre desde los bordes hasta más de la mitad: mide 17 centímetros de altura por 23 de diámetro en la boca. Con los restos humanos se encontraron dos aretes de oro de forma de morcilla, otra vasija redonda y dos platos que se utilizaron como tapaderas de las urnas.
Contiguo a esta sepultura es donde existe uno de los muros de referencia, que en un principio creímos que servirían para demarcar los límites de las zonas; pero en realidad eran cimientos de paredes de una vivienda humilde y aislada, romana.
Sepultura 90.- Ignoramos si fue de honor o si se exploró modernamente con resultado.
Sepultura 91.- Fue profanada por los rebuscadores de tesoros de nuestros días y destrozado su ajuar, entre cuyos restos uno de nosotros1 halló fragmentos de un pelike de más arte que el descrito en la sepultura 77. Entre sus pinturas atraía poderosamente la atención una artística cabeza de burro de buen tamaño.
Sepulturas 92 a 103.- Las excavó en su mayoría el tesorero2 Clemente, después de su afortunado hallazgo de la sepultura 111, aún no descrita. De estos túmulos proceden la mayor parte de los vasos funerarios que enajenó al citado súbdito de nacionalidad belga.
Sepultura 104.- El Pajarero encontró todo el ajuar roto por la presión de las tierras. De este ajuar formaba parte un oxybaphon, también reducido a muchos fragmentos, algunos de los cuales ostentaban pinturas con bellas figuras de mujer, cuyos fragmentos no pudo reunir por
completo, porque fueron abandonadas las rebuscas ante el temor de morir aplastado, en las madrigueras que abría. Uno de nosotros3 después pudo encontrar más pedazos del mismo vaso griego en el reconocimiento del túmulo.
Sepulturas 105 y 106.- Del ajuar de la 105 no sabemos nada; en cambio, del de la 106 existe una información completa, debida a las excavaciones particulares realizadas por uno de nosotros (el aludido anteriormente) en esta sepultura. En primer término, la cámara mortuoria es de forma rectan y sin revestimiento alguno de piedra. Tiene la estancia interior su pasillo de acceso y una pequeña zanja, de 15 centímetros de ancha por 10 de profundidad, que bordea el perímetro de ella, con objeto tal vez de sanear la sepultura, quedando así los objetos mortuorios en una especie de plataforma, libres de las humedades y del salitre del terreno, muy abundante por este paraje, porque el túmulo está muy en bajo, cerca de una balsa, para podrir el cáñamo, y a la vera del canal de comunicación de los rincones de las vegas del Almacil y del camino de Huéscar. (Véase la lámina X-1).
Esta sepultura, perteneciente a un guerrero, la integraban una espada falcata, en dos trozos, y restos de la armadura de hierro de la vaina, con un puente levantado a propósito para sostener o llevar un pequeño cuchillo o tijeras; una lanza corta y otra alargada, y varios objetos de hierro primorosamente conservados, así como una placa de cinturón de bronce en fragmentos. De cerámica, un oxybaphon con una escena que representa una mujer tocando la doble flauta frente a tres varones recostados en un triclinio, de estilo italogriego, y de 30 centímetros de altura, con su plato campaniano de 23 centímetros de diámetro y 8 de alto, en cuyo interior se estamparon orlas de palmetas; un vaso de forma cilíndrica, pero con gollete, pintado todo él de rojo, una vasija de forma esférica, con su plato de tapadera, y un fusayolo cónico que se halló entre los huesos humanos carbonizados que había en el oxybaphon. Las tres urnas contenían huesos incinerados.
Sepulturas 107 a 111.- Se excavaron por Clemente, como la mayoría, según se dijo antes, de esta parte de la zona II. En concreto nada sobre ellas pudimos determinar, porque dicho sujeto era de carácter poco franco.
Sepultura 112.- Fue esta sepultura la primera en explorarse de la zona II de la necrópoli; pero sin intención deliberada.
El tesorero Clemente, que llevaba en arriendo unas parcelas de vega situadas al pie del túmulo, cuyo ajuar ahora estamos describiendo, tuvo necesidad de extraer varias piedras de un muro, que servía por el lado Este para contener las tierras del mismo monumento, y en dicha operación halló el corredor de entrada de la cámara, por el que fue continuando, ya intrigado, las rebuscas hasta llegar a ella. En el fondo aparecieron muchas piezas de cerámica indígena, que no pudo recoger, porque formaban todas ellas cuerpo muy compacto con un amasijo de yeso. Pero contiguo a esta especie de conglomerado yacía caído un hermoso vaso oxybaphon italogriego entero, el cual tiene una escena muy curiosa y representa una bacante danzando entre dos sátiros; además una especie de patera y un kylix en fragmentos, que tuvo buen cuidado en no olvidarse de recoger.
Estas tres piezas exóticas, después de algún tiempo, fueron adquiridas por el laureado artista y celoso amante de las riquezas arqueológicas granadinas don José Rodríguez Acosta, en cuyas colecciones pudo tomar sus notas uno de nosotros4.
Sepulturas 113 a 123.- Se emplazan todos estos túmulos en unas bajas lomas cercadas por viñedos y ricas vegas, a excepción de la 121, que se construyó sobre un pronunciado cono natural, y las 122 y 123, situadas en lo más alto de las estribaciones, al Noroeste del rincón del camino de Huéscar, sobre la era de Carallón y Chamoles y cueva de Juan de Dios.
Véanse los detalles dignos de mención de estos túmulos: cuando nadie soñaba encontrar tesoros por estos cerros, y al hacer la era de Chamoles, hallóse en el túmulo 115 un esqueleto, cuya faz estuvo recubierta por una careta de vidrio. Dicha rarísima pieza arqueológica pasó con asombro de mano en mano entre todos los socios de un casino de Galera, algunos de cuyos individuos, así como su descubridor, nos refirieron el suceso. Se expone la referencia por por lo que en sí hubiera de cierto, sin hacernos solidarios de la verdad del hecho.
1 Motos
2 Apodo extensivo a varios asiduos y fanáticos rebuscadores de tesoros.
3 Motos
4 Cabré