Desde hace varios años se ha incrementado en la localidad la bella costumbre de vestir una Cruz de Mayo. Normalmente eran cinco o seis y con ello, al parecer, el Ayuntamiento no estaba muy contento.

Así que, de perdidos, al río, debieron de pensar los munícipes. Y la Corporación Municipal, pese a las evidentes estrecheces presupuestarias, ha puesto toda la carne –en este caso de jamón- en el asador y ofreció un jamón a cada una de las personas o grupos que se animasen a realizar una de estas bellas muestras.

Y el conjuro ha tenido un demoledor efecto: Si en el Monte del Olvido de Sevilla, ¿recuerdan la copla?, estaban clavadas dos cruces, en la villa de Galera, hoy al menos, han sido ¡diez! las que en esta fecha han embellecido sus calles y plazas.

Un constante ajetreo de gentes para visitarlas se ha desarrollado en la localidad a lo largo de casi 36 horas, ya que la mayoría de las cruces se levantaron en la mañana del día 2 y así permanecieron hasta caída la tarde del día 3.

Las personas y grupos de vecinos que han participado son las siguientes: José Caro, vecinos de la calle Iglesia-Cortijillo, residentes del antiguo Cuartel de la Guardia Civil, Asociación de Madres y Padres “Galira”, farmacia de la licenciada Míriam Martínez Soriano, café-bar “el Currillo”, panadería Barrachina Gómez, vecinos de la calle San Miguel, hotel Galera y Rocío García Carayol.

Enhorabuena –y buen provecho- a los participantes y un aplauso para los regidores.