GALERA TREINTA Y CINCO SIGLOS DE HISTORIA (Capítulo nº 37)

XI. LA EDAD MODERNA

I.”GALERA, LA MI GALERA…” (III)

Por lo que se refiere a El Maleh, sabemos que se reorganiza en Galera, donde deja 400 soldados para su defensa y se va a proseguir sus acciones en otros puntos conflictivos de su demarcación.

El día 29 de noviembre sale el de Vélez desde Baza hacia Huéscar para poner cerco a Galera. Ha logrado reunir un campo de 4000 infantes y entre 200 y 300 jinetes. Al pasar junto a la villa, deja un grupo de soldados -al frente de los cuales está el capitán Diego Álvarez de León- con la intención de evitar cualquier tentativa de huida de los rebeldes, ya que en este momento no hay tropa alguna que los cerque. Esa misma noche llega a Huéscar y, organizado el campo, se presenta ante Galera el día 1 de diciembre.

Sin más preámbulos, comienza el ataque con la utilización de artillería, concretamente con 6 piezas de bronce y 2 de hierro. Simultáneamente surgen escaramuzas, en las cuales los moriscos atacan a grupos de cristianos y viceversa, habiendo más bajas en los últimos que en los primeros. Para la defensa de sus soldados se abren trincheras junto al perímetro de la villa. Por otra parte, como el campo no es demasiado numeroso, a su juicio, solicita ayuda a Lorca, de donde vienen cuatro capitanes al mando de 600 infantes y 80 caballos. Con este refuerzo y algunos contingentes de Huéscar, se intenta un nuevo asalto, resultando de él un descalabro para los cristianos. Por parte de algunos de sus capitanes se sugieren al marqués nuevos ataques, el cual desestima rotundamente por el alto coste en vidas que ello conlleva. Poco a poco llega a la conclusión de que, si no hay un apoyo considerable de artillería Galera, permanecerá mucho tiempo alzada, lo que comunica a don Juan.

El gesto de Galera, único lugar que se ha enfrentado cara a cara con el enemigo, comienza a ser conocido y encomiado por los moriscos del Reino de Granada. Hita hace la apología, más o menos literariamente, de su sorprendente resistencia ante el temido marqués de los Vélez en boca de Aben Aboó1, al dirigirse a quienes, habiendo escapado de Güéjar presionados por Austria, llegan atemorizados hasta Válor:

Hombres ingratos, infames y desconocidos á los favores que la fortuna os había hecho deparándoos la ocasión de vencer las cristianas banderas y adquirir sobre vuestros enemigos un poder soberano, que así la perdisteis sin tener empacho de venir huyendo de un mozo2 que no ha abierto aún los ojos a la luz del mundo… No sois vosotros como los de Galera, que siendo poco prácticos en la guerra, y mal esperimentados en las armas, hacen todavía dentro de sus murallas temblar al enemigo que los sitia”.

Pero no solamente es el rey quien habla. El alcaide de Güéjar, también huido por lo que se ve, defiende a sus hombres y a él mismo diciendo que “Nos pones por ejemplo, que los moros de Galera, nada espertos en la milicia, muestran gran valor, y hacen mucha resistencia al bando cristiano; los de Galera pueden hacerla muy a su salvo, porque el lugar es una peña por dentro y por fuera, toda armada sobre profundas y firmes bóvedas, de modo que los de dentro tirando por saeteras hacen gran daño á los enemigos, sin ser ofendidos ellos. Por eso cien soldados valen allí por mil, y aunque se bata á Galera con artillería, y aunque se la eche por tierra, los que están dentro no pueden ser dañados, teniendo debajo del suelo grandes aposentos donde alojarse3 ; de manera que si no se la mina y vuela con pólvora, jamás Galera será ganada”.

Las presiones de Austria sobre su hermanastro para que lo autorice a salir hacia Galera, que cada día se vuelve más peligrosa, tienen ahora más justificación, con lo que el panorama va a cambiar sustancialmente.

El 15 de diciembre los efectos sobre las defensas de la villa son prácticamente nulos, urgiendo el propio Felipe II para su toma, dándole prioridad sobre cualquier otro asunto -la toma de Güéjar, por ejemplo- ante el peligro que existe de que la rebelión se propague al Reino de Murcia y Galera sirva de ejemplo para ello.

Y si lo de Güéjar no se pudiese hacer luego, no conviene que os detengáis a ello por lo que se dice en las otras cartas, que por más órdenes que enviéis a Baza (lugar de concentración de las tropas que atienden el norte de la actual provincia de Granada) no sé cómo estará aquello hasta que vos no seáis allí”.

De todas formas, don Juan quiere solucionar el problema planteado por Güéjar antes de salir hacia Galera para no dejar al descubierto Granada y así lo comenta a su hermanastro:

Yo espero en Dios que esto de Güéjar se hará dentro de dos días, porque no convenía en ninguna manera dejarlo por hacer, y en verdad que si no llegara esta gente de Córdoba, tampoco había la que era menester para ello; y si yo me partía quedaba lo de aquí con menos gente y seguridad y era fuerza la que ha de venir de las ciudades para emprenderlo

Confirmando esta situación de exasperante calma, podemos citar un fragmento de la carta del 6 de enero que recibe el marqués de Villafranca, don García de Toledo4, de uno de sus servidores en Madrid:

En granada se haze poco hasta agora porquel de los Velez esta sobre galera, y va y biene desde baça el comendador mayor y con tener en ella5 mas de 6000 hombres y ser harto menos los de dentro y la plaça no fuerte y ser la primera en que hazen rostro se entretienen dias ha, esperase con el primero6 saber si han hecho algo”.

Pero ahora es en el terreno político donde se desarrollan las principales jugadas. Llegado a oídos del de Vélez este nuevo giro de los acontecimientos, en el cual él va a llevar la peor parte, comenta que antes de ser sustituido por don Juan levantará el cerco sobre la villa rebelde, dejando a los moriscos a su suerte.

29 de diciembre de 1569, jueves.

Solucionado lo de Güéjar finalmente, sale de Granada Su Excelencia con dirección a nuestro pueblo, con advertencias muy concretas y curiosas del rey sobre cómo debe de ser su comportamiento. No en vano se va a enfrentar a una empresa decisiva en el transcurso de la guerra, de cuyo éxito o fracaso depende la victoria o la derrota. Merece la pena conocerlas:

Lo que V.E. debe de acordar como de suyo, es que el licenciado Muñatones7 haga hacer una lista de toda la gente de guerra de a pie y de a caballo, y de los mozos y bagages della. Otra lista de todos los cortesanos y caballeros que vienen en este ejército cerca de V.E. y de cuantos criados y caballos tienen. Y que se haga un sumario de toda esta gente, para ver cuántas bocas son en todas y los caballos que hay, para que conforme a los que fueren, se pueda saber poco más o menos la cantidad de vituallas que cada día serán menester… V.E., si es posible, ha de visitar dos veces al día todos los cuarteles del campo para ver con la orden y vigilancia questá la gente, y cuanto menos compañía llevare V.E. consigo es mucho mejor, porque toma más de sobresalto toda la gente…V.E. ha de mandar tocar algunas armas fingidas en el campo, para ver cómo se pone y sale la gente a las partes y cuarteles que les está señalado…V.E. convendrá que haga un parlamento a toda la gente antes de partir de Guesca51… V.E. debe traer siempre consigo una bolsa con doscientos o trescientos escudos en oro, para muchas cosas que suelen ofrescerse que no se pueden decir aquí. V.E. debe excusar traer cosas de oro en la guerra, como son botones y cadenas. Cuando V.E. anduviere entre el ejército y topare a capitanes, oficiales y camaradas de soldados almorzando o merendando, no deje alguna vez de perdirles con buen donaire de lo que comen, y tomar un bocado con ellos y pasar adelante. Cuando V.E. topara andando entrel ejército o en el campo algún soldado herido o enfermo, no pase V.E. sin hacerlo levantar y llevar al hospital, y darle un escudo o dos…y porque acaescerá esto muchas veces, parescerá bien la limitación del dar. También hará V.E. mucho servicio a nuestro Señor, y dará grande ánimo a la gente de guerra, en visitar una vez o dos en la semana el hospital, y entender qué enfermos hay y de qué calidad son… Cuando algún capitán, oficial o soldado hiciere alguna cosa señalada, convendrá que V.E. le dé alguna presea…Y ni más ni menos ser riguroso y castigar a los que hicieren desórdenes y cosas que no deban, pues unos por amor y otros por temor hacen lo que son obligados. V.E. no debe de salir de Guesca sin haber hecho primero reconoscer a Galera, con hacer algunas emboscadas para tomar lengua cómo está lo de dentro, y ver de fuera dónde se ha de plantar la artillería y asentar el campo, de manera que a la madrugada del día siguiente que V.E. se pusiese sobrella, amanezca puesta la artillería y se comience a batir. Convendrá también tener prevenido de enviar caballería a la parte por donde podrán huirse, para que si fuere posible se les tome el paso y haga el más daño que se podra”.

Así es como se crean los mitos.

1 Aben Aboó sucede en el mando a Aben Humeya al morir éste a manos del primero y Diego Alguacil, acusado de traición.

2 Don Juan de Austria, que a la sazón tenía 22 años.

3 Se puede referir a la mina que ponía en comunicación la población con el río, no descubierta por los cristianos hasta que no se tomó al asalto la villa.

4 El marqués de Villafranca, marino y escritor, que en 1565 conquistó el Peñón de Vélez de la Gomera entre otros territorios. En la fecha de esta carta debe de encontrarse en Nápoles, por lo que las noticias sobre el asedio de Galera se saben en aquella ciudad italiana con mucha rapidez.

5 En Galera.

6 Se refiere al primer correo que llegue a Madrid desde Granada.

7 Miembro del Consejo del rey.

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