Anteriormente a la actualización del callejero de Galera, todas estas vías constituían lo que se conocía como Barranco Izquierda, compuesto en casi su totalidad por cuevas excavadas en el terreno.

Para su mejor identificación, se procedió a denominarlas de la manera que las presentamos. La mayoría de ellas está fuera de lo que se considera casco urbano, al Sur del núcleo principal de la población.

Como decimos, estas viviendas suelen ser cuevas excavadas en la roca, delante de las cuales existe -en casi todos los casos- una parte de obra que amplía el espacio habitable. En todos los casos también están dotadas de luz eléctrica, agua potable y alcantarillado.

Como cuevas que son, presentan una característica muy sobresaliente, sobre todo para quienes nunca han conocido este tipo de viviendas: el mantenimiento a lo largo de todo el año de una temperatura interior que puede oscilar entre los 17º y 20º, convirtiéndolas esta circunstancia en una suerte de casa ecológica sin ningún coste para sus usuarios por el lógico ahorro de energía en la calefacción invernal o refrigeración estival.

Cada una de estas calles ocupa uno de los pequeños barrancos que, en el recorrido este-oeste que describen, desembocan en otro mayor, el antiguamente denominado Barranco Izquierdo, hoy conocido como calle Andalucía.

La población que las ocupa, por las circunstancias de emigración que viene sufriendo la localidad desde hace décadas, ha descendido considerablemente, si tenemos en cuenta que a mediados de los años treinta del siglo XX se alojaban en este barrio 94 familias, que sumaban en total 395 personas.

Un buen número de británicos, desde los años 90, se ha instalado como vecinos en él, lo que ha hecho que se reactive la vida de este sector de la población.

No podemos cerrar este apartado sin mostrar nuestro más sincero agradecimiento al guardia municipal don Pedro Jesús Rosa Jiménez al haberse ofrecido gentilmente a mostrarnos sobre aquel intrincado laberinto la ubicación de estas “nuevas” calles.