Las buenas intenciones de los regidores de estos años son evidentes. Otra cosa, por el contrario, es que les acompañase o no la suerte. Este día el Cabildo expone lo siguiente a los vecinos:

”Habiendo acordado el Ayuntamiento se edifiquen varias casas en la plazuela del Cortijillo, se acordó se anuncie al público por el término de siete días para que soliciten el solar las personas que gusten dentro de él y se resolverá la manera de concederla”.

Poco a poco vemos cómo el pueblo rompe el perímetro que durante siglos lo ha caracterizado y comienza a ocupar los antiguos ejidos. El Remendado, por ejemplo, que, ocupado en parte por hoyos para el almacenamiento y fermentación de estiércol, comienza a poblarse con edificaciones, según tenemos constancia documental en 1858. Esta remodelación del pueblo hace que se den instrucciones superiores para renovar la numeración de las casas. El Ayuntamiento contesta que, efectivamente, se está en ello, pero que, debido al excesivo número de pedidos que dicen tener en Macael, aún no han podido servirles “los azulejos” con los números.