DESCRIPCIÓN, POR ORDEN GEOGRÁFICO, DE LAS SEPULTURAS DE LA NECRÓPOLI DE TÚTUGI Y DE SUS AJUARES RESPECTIVOS

Cabré y Motos 101

XXVI

Por último, ya que no consideramos oportuno describir por ahora la sepultura tumular que el tesorero Clemente excavó en el alto del collado de la cañada de los Metros, dando ya vista a la de Salmerón, cuya sepultura tiene la cámara y pasillo construidos con aparejo de buena sillería, y el ajuar en ella encontrado, por haberlo vendido el mismo descubridor al joven belga aludido en el capítulo II, sellaremos la descripción de esta zona y, por consiguiente, de la necrópoli ibérica de Tútugi, con la de una peregrina sepultura tumular descubierta, al par que las anteriores, en la ladera Este de la cañada, hacia la mitad de la cuesta. En el interior de la cámara (véase la lámina IX), junto a una urna con, su plato tapadera, pintada con zonas anchas de rojo y con improntas de aspas o diagonales, había una hoja de lanza de hierro ancha y corta, con su nervio central muy pronunciado, en relativo buen estado de conservación, y trozos de hierro que por sus oxidaciones no podía determinarse su uso. Los anteriores objetos, ni en sí ni en su forma de hallarse ofrecen singularidad alguna, pero si mucha cuando se añada que en el centro del pavimento se tropezó con una losa que, levantada, descubrió debajo, como en la sepultura 82 de la zona primera y en otra más humilde de esta misma cañada, de los Metros, un pequeño aljibe con sus paredes recubiertas de yeso, y en él una primorosa cajita de yeso ricamente decorada con una roseta de relieve, hojas repintadas en rojo, franjas de postas en rojo también, y otros motivos indígenas y orientales. Esta cajita, que a la vez encerraba huesos humanos, mide de alto 345 milímetros de frente por 245 de lado y 215 de alto, descontando la altura de la roseta-asa, que sobresale cuatro centímetros por ocho de ancho.

Fuera del área de las tres zonas descritas de la necrópoli, ya no ha vuelto a encontrarse sepultura ibérica de consideración y que hayamos estudiado personalmente, fuera de una que fue descubierta en la cañada del Rizado.

Esta cañada hállase aguas vertientes opuestas a la de Salmerón, en dirección Sur, y a unos tres kilómetros de Galera, dando frente a las ruinas iberorromanas de los Villares, en el barrio de la Alquería, y desagua en el arroyo de ese barrio de Galera. Se encontró dicha sepultura en la vertiente Sur de la cañada, que está orientada al Norte, y consistía ella en un paralelogramo de aparejo de sillería, con su callejón de entrada. Constaba el ajuar funerario de: una urna cineraria con plato tapadera, aquélla de forma cilíndrica, con gollete, pintada con cuatro zonas de color rojo y midiendo 18 por 25 centímetros; cuatro vasijas de forma esférica, con su plato correspondiente de tapadera, que medían unos 12 por 12 centímetros; otras tres vasijas, con sus platos, de la misma forma que las anteriores, pero de mayor tamaño; cuatro vasijas pequeñas púnicas terminadas en punta de cono y una cajita cineraria de piedra, muy deteriorada.

Es de creer que haya otras sepulturas análogas a la descrita por esta nueva zona, a un lado y a otro del arroyo, pues se ven muchas ruinas por allí; mas probablemente dichos enterramientos no pertenecen a la necrópoli de Tútugi, sino más bien a las indígenas de los Villares.

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