PRESENTACIÓN DEL NUEVO LIBRO DE JESÚS MARÍA.

VINO DE GALERA, el octavo libro de Jesús Mª García Rodríguez sobre su pueblo natal, sorprende por su título, conscientemente ambiguo; por su temática, casi tan antigua como los mismos orígenes de la villa; por la cantidad de datos recogidos, centenares y centenares de viñadores de siglos pasados; por el curioso pleito con unos vecinos de la comarca, 160 años de morosidad; por el temprano caso de chantaje al Concejo de la villa, etc.

Algo tan común como el vino, se convierte en el protagonista de un libro de algo más de quinientas páginas profusamente ilustradas, cuando nos da a conocer una parte desconocida de la casi seis veces milenaria historia de la villa.

Y para ello, recorre las centurias a través de reflexiones como éstas:

«No han podido contra el VINO DE GALERA las evidentes carencias de todo tipo de nuestros de nuestros bisretatarabuelos encaramados en el Castellón argárico… Los taxones de plantas silvestres identificados en Castellón Alto incluyen restos de frutas y semillas probablemente recogidas para el consumo humano. Se han identificado huesos de acebuchinas, pepitas de uva y bellotas»

«Mil años después, ahora en la ibérica ciudad de Tútugi, asenta­da en el cerro de El Real, nuestros retatarabuelos, ante nuevos lo­gros culturales como la escritura, el alfabeto, la moneda, el hierro, brindan con el vino de sus cosechas “de uva cultivada…, donde productos como el vino podrían estar destinados, no sólo a un consumo local o comarcal de aprovisionamiento de la ciudad de Tútugi, sino a un comercio a larga distancia”»

«Ni la marcial pisada de alguna legión de la lejana Roma llegó a oscurecer los reflejos del VINO DE GALERA en los primeros vasos de vidrio, llegados al flamante “MUNICIPIVM ROMAN­VM TVTVGIENSE” y las diversas villæ que animaban y usu­fructuaban su territorio, sin descartar en absoluto la celebración de alguna que otra bacanal».

«No sería descabellado pensar que, tras el hallazgo de la pre­sencia visigoda en el cerro de El Real, entre la ruinas del templo romano, estuviésemos ante la primera iglesia cristiana, en donde se consagraría VINO DE GALERA por el sacerdote de que habla el rey Sisebuto»

«La tormenta perfecta procedente de África que cargó contra la Hispania visigoda el año 711, tampoco eclipsó el fruto fermen­tado de las uvas de la que quizá se llamase ya Galira. Pese a los dictados del Corán, los poetas musulmanes ensalzan como casi nadie el licor y nuestros rebisabuelos islámicos de Galira cons­truían jaraíces como hemos visto, donde exprimían las uvas de sus cientos de viñedos en las tierras más orientales de su pueblo».

«Ni siquiera Don Juan de Austria y los doce mil soldados del TERCIO DE NÁPOLES, hicieron olvidar el idilio de nuestros trasbisabuelos y nuevos pobladores con el VINO DE GALERA en aquel asedio de 1570. Ni que los soldados desceparan 214 viñas, de las que arrancaron más de 41000 plantas… 22 años después de los hechos, las 125 viñas supervivien­tes, al parecer, no daban para todos los nuevos pobladores»

«Y así, en los siglos siguientes, pese a las sequías, las pandemias, las prohibiciones, los autos de Buen Gobierno, los impuestos y demás obstáculos, se volvieron a alcanzar los niveles de produc­ción de los tiempos más gloriosos con centenares de viñas y de viñadores. El estrago de la filoxera fue un nuevo y severo ma­zazo, del cual muchas tierras de vino no levantaron más la cabeza. Durante casi 20 años, los campos galerinos antes alfombrados de pámpanos y racimos de ámbar, semejaban un erial. Tampoco esta vez el VINO DE GALERA fue subyugado. Una vez más el tesón y el esfuerzo fue recompensado».

Deja tu comentario

Su dirección de correo no será publicada.