Pese a las inclemencias meteorológicas -una sensación térmica de -1º a las dos de la tarde del día 28 de febrero en Galera- y a la poco elegante actitud de los organizadores de un evento similar en Huéscar en el mismo día y la misma hora, la XIII edición de la Cata de los Vinos de Galera -la más veterana de las que se organizan en la actualidad en la comarca, pese a quien pese- se desarrolló con mucho más éxito del que los factores anteriormente citados le auguraban.

Cientos de personas, curiosamente la mayoría de ellas vecinas de Huéscar, se dieron cita una vez más en el pueblo que tiene acreditada científicamente la elaboración de vinos desde hace unos dos mil quinientos años. Así lo testifican hallazgos arqueológicos en más de uno de sus yacimientos, tales como el Castellón Alto y Fuenteamarga.

La oferta para los visitantes estaba a cargo de las siguientes bodegas: Domingo Quiles y Jaraíz (estas dos con recientes premios de categoría nacional e internacional), Domingo González, Andrés Carayol “el Tuto”, Antonio Fernández “el Caramelo”, José Manuel Guillén, Pedro Carayol (padre e hijo, con un sorprendente vino espumoso que está siendo demandado cada vez desde más sitios), Enrique Revelles, Juan García, Marcelo y Joaquín Barrachina, Hortensio Tomás, Luis Fernández (El Calvario), Antonio Rosa (El Pararrayos), Rafael Muñoz, Pago Villares, José Mª Candela y Valdivieso.

El Ayuntamiento, una vez más, ha hecho un esfuerzo de organización para que este producto, tan genuino y conocido por su calidad en el ámbito comarcal, llegue cada vez a más consumidores. Como materialización de este esfuerzo, es el reconocimiento que cada año manifiesta de manera oficial extendiendo Diplomas de participación a los cosecheros, así como asumiendo los costes de la organización de esta muestra.