Efemérides del 24 de junio de 1832

 
 
 

El espíritu reinante ya en 1835 hace absolutamente imprescindible la eliminación de los cementerios del casco urbano por razones de sanidad. A consecuencia de eso el Gobierno Civil de Granada ordena la construcción de un nuevo camposanto al Ayuntamiento, de manera que se deje de enterrar en el viejo cementerio que hay junto al templo parroquial. Las condiciones que se establecen para su construcción son que ha de tener A tres varas de altura (las paredes), una de cimientos y tres cuartas de grueso, fabricadas con piedra y yeso @ . El acuerdo se cierra especificando que ha de tener puerta y una cruz de madera. Pero la cosa no es tan fácil, por lo menos aparentemente. A mediados de julio de 1852 el cura párroco envía un oficio al Ayuntamiento sobre la completa ocupación del cementerio, hasta el punto de que ya no hay espacio donde enterrar. A raíz de esto se activan las gestiones para levantar el que más o menos se ha proyectado ya. Pero tal vez la queja que en abril del año siguiente presenta la maestra de niñas sobre los malos olores que se desprenden del recinto, sea el desencadenante final para la operación. El maestro albañil y varios concejales se personan en el lugar, comprueban que es cierto, trasladan la escuela de sitio y deciden que el camposanto se puede hacer junto a la ermita de San Antón. El 11 de febrero de 1854 se pretende vender la balsa de propios para hacer frente a la obra, procediéndose a un nuevo intento justamente un mes después. Por fin, el 24 de junio del año siguiente se procede a la bendición de la nueva necrópolis, que ha de entrar en uso a partir del día 1 de julio. El viejo queda clausurado.

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