Por Real Cédula de 3 de diciembre de 1801 se extinguen los impuestos que sobre seda se venían pagando desde antiguo y se aprueban, a su vez, unas Ordenanzas orientadas al fomento de plantaciones de morales y moreras en el Reino de Granada, así como al perfeccionamiento en la manufactura que se hacía de la seda en los mismos lugares en que se producía. La intención era “hacer renacer la importante cosecha de tan precioso fruto y su más que útil ramo de industria, al floreciente estado que se hallaba en lo antiguo, para mejorar la calidad de la Seda, y purificarla de toda adulteración y vicio”.

Para promover esta nueva política, se nombra como Comisionado de Moreras y Morales en las villas de Galera y Orce a don Pedro Muñoz Morales, vecino de la primera, por parte del Comisionado Regio General, don Juan Andrés Gómez y Moreno. En el mismo documento del nombramiento se inserta una serie de instrucciones, no sólo ya de la técnica de cultivo de esta planta, sino también sobre argumentos que debe usar para convencer a los agricultores de la bondad de este nuevo cultivo. Concluye la Circular, de fecha 20 de octubre de 1802, puntualizando con gran minuciosidad sobre las labores que se han de hacer en el momento del hilado de la seda:

“… de ningún modo permitirá se mezcle al hilarla la fina con la basta@, Ani omitirá visitar con freqüencia los parajes en donde se hile”, ”y si advirtiese algún mal manejo en los Hiladores, les suspenderá de su exercicio, recojerá la seda que encüentre adulterada o viciada, y me dará pronto aviso, con expresión del nombre de su dueño, y del Hilandero contraventor”.