Ha dado comienzo el Novenario que, en honor de su titular y Patrón de la Villa de Galera, ofrece cada año la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración.

Todas las tardes, a las 8:30, se inician los cultos con la exposición del Santísimo Sacramento, con la particularidad de que este año se ha puesto en servicio el manifestador con que cuenta el altar mayor del templo, fuera de servicio desde hacía varias décadas, y reparado para su utilización en actos que revisten una considerable solemnidad.

Una vez expuesto el Santísimo, se inicia el rezo del Santo Rosario, que concluye hacia las 9, hora en que tiene lugar la celebración de la Santa Misa. A la finalización de ésta, el acto culmina con el rezo de la Novena, en la cual se intercalan cánticos de una gran tradición dedicados exclusivamente al Crucificado.

La devoción a Cristo Crucificado tiene una honda raigambre en Galera, ya que los pobladores de 1591 traían ya entre sus devociones la del Cristo de la Vera Cruz, en torno de la cual fundaron una Hermandad que desapareció en fecha desconocida.

En 1627, en expiación por sus culpas, un vecino de la villa, Pedro Cabezas, encargó una imagen de Jesús en el momento de su expiración a un desconocido imaginero de Úbeda. Traída la imagen a Galera, causó una honda sensación hasta el punto de que uno de los más grandes hacendados de la localidad, don Sebastián de Segura, ofreció construir una capilla dedicada a tal imagen, como así fue. El sitio elegido fue justamente donde se ubicaba la entrada al templo, por lo que hubo que cambiar ésta al sitio que ocupa en la actualidad. En agradecimiento por esta considerable aportación, le fue concedida a don Sebastián y a sus descendientes un lugar para su enterramiento justamente en el subsuelo de dicha capilla, donde construyó una cripta. Ambas dependencias fueron demolidas en las últimas décadas del siglo XIX porque se encontraban en estado ruinoso.

Poco a poco, la devoción al Stmo. Cristo de la Expiración fue creciendo y ya en los primeros años de esa centuria decimonónica es objeto de gran veneración por parte de pueblo, como está documentado en esos años a consecuencia de severas sequías además de un período de inestabilidad sísmica que atemorizó a los vecinos de la villa.

En agosto de 1936, en el contexto de la Guerra Civil, el templo parroquial fue saqueado, destruidas sus imágenes y perdidos los más ricos enseres utilizados en el culto. La imagen, ya tan venerada, también fue objeto de la furia iconoclasta y fue decapitada y destruido su cuerpo.

La cabeza, sin embargo, se salvó gracias a una familia (Merlos Martínez) que residía en una de las casas que hay junto al templo parroquial y, al concluir la guerra, se le talló un nuevo cuerpo por la mano del escultor granadino don Luis Molina de Haro, que es la que se venera en la actualidad en la asombrosa capilla barroca con que cuenta el templo parroquial.

El Pleno del Ayuntamiento, en sesión ordinaria del 20/07/1940, fue testigo de la siguiente alocución del alcalde:

“… A continuación el Sr. Alcalde hizo uso de la palabra exponiendo en tonos emocionados la honda pena que producía en lo más íntimo de las almas cristianas de esta Vila la desaparición por destrozos cometidos por el salvajismo rojo de la venerada imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, de arraigado y tradicional culto en la fe de este pueblo y toda la comarca, de cuya imagen, como indicio milagroso, sólo quedó la cabeza, vestigio estimadísimo que gracias a la habilidad y riesgos de la familia Merlos, de esta localidad, pudo ser recogida y conservada por ella hasta la terminación de la guerra. Contemplando este venerado despojo que tanto miraron y suplicaron nuestros antepasados, y con el fin de que el pueblo vuelva a sus tradiciones, como ya consta a todos los Sres. Vocales, se acordó de una forma verbal con todo fervor y entusiasmo se practicase por esta Alcaldía las oportunas gestiones para construir una nueva talla, donde incrustar en ella como piedra preciosísima la auténtica cabeza de la antigua talla.

Cumpliendo este encargo, sigue manifestando el Sr. Alcalde, esta Alcaldía contrató con el escultor anatómico de la Universidad de Granada, D. Luis Molina de Haro, la construcción de referida obra de arte, el cual ha logrado hacer un armonioso conjunto, retirándose la referida talla de la capital el día trece de Abril pasado y siendo depositada, como a todos los Sres. consta, en la Ermita de La Alquería, con lo cual se ha dado satisfacción al deseo de aquellos vecinos, siendo al día siguiente trasladada a la Iglesia de esta Villa ante impresionante manifestación de gente de esta localidad y sus contornos, que acudieron unánimes a la procesión.

Los Sres. Vocales quedan enterados y aprueban por unanimidad las gestiones realizadas en este sentido por el Sr. Alcalde, satisfaciéndoles a todos haber tenido ocasión de realizar tan inolvidable acontecimiento, puesto que era el sentir unánime de toda la Corporación, enorgulleciéndose todos de haberle cabido la honra de devolver a este pueblo en la imagen reconstruida del Stmo. Cristo de la Expiración sus predilectas devociones…”