Este año tocaba la celebración del Día del Señor en la mañana del último domingo de mayo, ya que el pasado, tanto la misa como la procesión tuvieron, lugar por la tarde. Y no es que esto sea un capricho, sino desde que compartimos sacerdote con la vecina localidad de Orce, así es como tiene lugar esta centenaria costumbre.

Cinco han sido los altares que se han vestido en esta ocasión: dos en la calle de Elvira en su cruce con las de San Marcos y Cosme Izquierdo y tres en la calle de Cervantes en su cruce con Cosme Izquierdo, Padre Manjón e Iglesia.

Como siempre, la luz y el color han prestado su inestimable colaboración a una de las festividades “que reluce más que el sol”, aunque ya no sea en jueves.

La comitiva, constituida por los niños que han hecho su primera comunión este año y varios cientos de fieles tras el palio -portado como es tradición por los miembros de la centenaria Hermandad del Santísimo Sacramento- inició su recorrido tras celebración de la Santa Misa, en la que participó el Coro Parroquial “Cristo de la Expiración”.

Es de señalar el mérito que tienen los vecinos que residen en los lugares donde desde siempre se alzan los altares, ya que cada vez son menos y con una media de edad cada vez más elevada, cuando año tras año no dejan de levantar estos bellos ejemplos de altares sin importarles el esfuerzo que ello supone.

La procesión finalizó en el templo parroquial, donde se impartió la bendición con el Santísimo a todos los asistentes.