CALLES HORNICO Y VILLARES

Calle que, como algunas que ya hemos tratado, podríamos considerar como rural por las circunstancias que en ella concurren.

Este nombre, en realidad, se refiere a dos Pagos del término municipal, en los cuales de vez en cuando se levantan unas pocas edificaciones, o hay cuevas excavadas en la roca, para su uso como vivienda humana.

Su utilización como solar alejado del caso urbano muestra incógnitas en cuanto a los primeros tiempos, ya que fundamentalmente estas tierras, de secano y de regadío, están destinadas a la agricultura.

El paraje se halla, como decimos anteriormente, separado unos dos-tres kilómetros del centro de la población, hacia el N.O. de ella. Se encuentra delimitado al N. por el llamado Río Santo, por donde discurren las aguas procedentes de manantial oscense de Parpacén, que sirven de lindero con el término municipal de Huéscar. Al O. hace frontera el Camino de la Sierra. Por el flanco E. discurre la carretera de Huéscar a Galera (A-330) y al S. delimita este territorio el camino que enlaza la A-330 con la A-4200 (Huéscar- Castilléjar)

El topónimo “Hornico” nos hace pensar en la presencia en este territorio de alguna antigua estructura arquitectónica que se dedicase a este menester de la cocción, pero desconocemos el lugar exacto de su ubicación, la época en que ello pudiera haberse producido y el eventual material que en dicho horno se elaborase.

Más explicaciones nos da el siguiente: Villares. Villar, Villares, Villaricos… y todas las palabras que llevan esta raíz, aluden a restos de estructuras antiguas. Y en el caso de los Villares que nos ocupa, efectivamente muestra materiales (cerámicas y restos de construcciones) que nos hablan de un pasado romano como mínimo. Es muy probable que en este paraje, además de haber algún tipo de edificaciones destinadas a la explotación agro-ganadera de aquellas tierras en el período latino (si no villae como tal, sí algún otro tipo de construcción menos compleja), puedo haber igualmente un área destinada a necrópolis para los enterramientos de quienes allí trabajaban, según atestigua alguna lápida funeraria hallada en la zona hace varios años de manera casual.

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