De una forma paralela a la Carrera que lleva su nombre y a espaldas de la antigua ermita de San Isidro, se articulan estas dos nuevas calles en la ladera del llamado “cerro de la tía Paula”, justamente debajo de donde transcurre la calle de San Elena.

San Isidro Bajo, que serpea según la orografía del lugar, está constituida en su flanco Sur por casas-cueva, mientras el flanco Norte está abierto hacia el resto de la población como si de un balcón se tratase.

San Isidro Bajo tiene conexión con la Carrera de San Isidro por su extremo más occidental a través de una considerable rampa que, después de subir unas decenas de metros en dirección Este-Oeste gira bruscamente unos 180º para enfilar esta nueva calle. Más adelante, al final de su recorrido, en su extremo Este, conecta con la parte descendente de San Isidro Alto.

Por lo que se refiere a San Isidro Alto, tiene su entrada occidental por la calle Sevilla y, serpenteando igualmente, llega hasta la Carrera der San Isidro por un tramo muy pendiente.

Tanto una como la otra, como decimos, sólo presentan el flanco Sur construido y el Norte está completamente abierto hacia el pueblo, primero, y a la amplia vega del río Barbatas, así como a los sistemas montañosos de La Sagra, Marmolance y Sierras de Castril.

En 1935, fecha en la cual aún se consideraban ambas vías como una sola unidad bajo el nombre de San Isidro, su censo era el siguiente: 26 familias que suman 133 personas, entre las cuales se cuentan 23 analfabetos. Además, hay 19 propietarios, 2 comerciantes, 15 jornaleros, 2 coadjutores, 1 empleado y 1 criada.