GALERA TREINTA Y CINCO SIEGLOS DE HISTORIA (Capítulo nº 95)
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CULMINAN LAS FIESTAS RELIGIOSAS EN HONOR DEL STMO. CRISTO DE LA EXPIRACIÓN
Concluido el Novenario ofrecido por su Hermandad, el culmen de las celebraciones religiosas en honor del Patrón tuvo lugar el domingo en dos momentos determinados; el primero de ellos fue la solemne Misa en su honor a las doce de la mañana y la impresionante procesión que se desarrolló desde las 21 hasta la 23 aproximadamente.
Por lo que se refiere a la Misa, ésta revistió una evidente solemnidad, como es costumbre en este día grande de la villa. Abarrotado de fieles, pese al calor sofocante que reinaba, el templo parroquial brilló como sólo ocurre en contadas ocasiones a lo largo del año. La presencia de las imágenes de la Virgen de los Dolores y del Stmo. Cristo en el presbiterio y la participación de la Banda de Música “Allegro” y del Coro Parroquial “Cristo de la Expiración” en diversos momentos de la celebración, alcanzaron instantes verdaderamente emotivos.
Cayendo la tarde, en torno al templo parroquial, centenares de fieles se dieron cita para acompañar con una profunda devoción a ambas imágenes en el largo recorrido por las calles de la localidad. Ventanas y balcones engalanados; decenas y decenas de devotos apostados en los lugares estratégicos por donde pasaba la lenta comitiva en profundo silencio -sólo roto por el solemne clamor de las bandas de música-; miles de velas encendidas dejando un rastro de luz parpadeante por las calles; decenas de penitentes con los pies descalzos hablaban del sentimiento de sus protagonistas, que venían casi todos de los cuatro puntos cardinales…
Como un río que desemboca en la mar, la comitiva se desbordó finalmente en la plaza Mayor de la villa. Miles de asistentes la llenaban expectantes ante la tradicional Rogativa, que se proclamó desde los balcones de la Casa Consistorial.
Para terminar, un canto triunfal se elevó a las alturas: “… Tú serás, Cristo bendito, de este pueblo el corazón…”
Y lo fue en ese momento.
Los recuerdos de los que ya no tienen voz, las lágrimas, los aplausos, los vivas… estallaron como cuando estalla la primavera, como cuando estalla la paz.