Desconocemos cuándo se inicia en Galera la participación de la Hermandad de las Ánimas en las ceremonias que, en recuerdo de los vecinos fallecidos, tienen lugar cada año precisamente el día de Todos los Santos. Sin embargo la fecha debe estar muy lejana en el tiempo, ya que esta cofradía es tal vez la primera que se fundó, pues tenemos constancia de su actuación ya en 1560.

Desde tiempo inmemorial, por consiguiente, los miembros de esta Hermandad -que hoy está viviendo una de sus etapas más difíciles en cuanto al número de miembros que la constituyen- acompañan a la Parroquia al cementerio para celebrar una misa en sufragio por todos los allí enterrados.

Iniciado el acto, los hermanos encienden los cirios que llevan y los mantienen así hasta la conclusión del santo sacrificio. Una vez concluido éste, tiene lugar el rezo del primer día de Novenario, que con el mismo fin de rezar por las almas de los difuntos, ofrece la Hermandad.

Los días siguientes, hasta el nueve, el referido novenario se desarrolla en el templo parroquial, en donde, después de la misa, los fieles asistentes se trasladan en procesión iluminada por las velas hasta el cuadro en donde están representadas las almas en el Purgatorio, de donde las saca la Virgen del Carmen ayudada por ángeles. En este lugar del templo, tiene lugar la especial oración en recuerdo de los difuntos.

El día 2, por iniciativa de las Hermanas de la Misericordia que desarrollan recientemente su labor en Galera, tiene lugar el rezo de un Rosario en el mismo cementerio, en el transcurso del cual se recorre el perímetro del camposanto.