Por estas fechas la Diputación propone, seguramente por el número de habitantes que había ya en La Alquería, la creación de una parroquia exclusiva de este núcleo de población, pues tras la muerte de Fernando VII deja la Iglesia de ser uno de los tres estamentos políticos y se hacen nuevos Concordatos. Por este motivo se siguen dotando las Parroquias por el Estado. El Ayuntamiento informa que no lo considera necesario al poder ser perfectamente atendidos aquellos fieles por los sacerdotes con que cuenta la población, que son tres.