Éste es otro de los barrios de cuevas que se desarrollaron como tales desde mediados del siglo XIX. Está compuesto en su práctica totalidad por “cuevas-habitación”, como se denominan en algunos documentos de aquella época y otras posteriores.

Está ocupando la ladera oriental de una de las colinas, llamada “cerro de la tía Paula”, que cierran el casco urbano de Galera por el Sur, concretamente la que partiendo desde el llamado “cerro de la Venta”, llega hasta el denominado “Portacho”, topónimo este último que no tenía que haber desaparecido del callejero de la localidad.

La forma del cerro es alargada y a su pie se prolonga un pequeño barranco, en cuyo tramo inferior se agrupan varias viviendas a ambos lados, que constituyen el Collado Bajo, a las que hay que añadirle alguna que otra más desperdigada. Sobre este sub-barrio, y siguiendo más o menos su trazado, asciende un camino hacia el Sur que sirve de separación entre el Collado Bajo y el Collado Alto, que se alza en la margen derecha, según se sube, del citado camino sobre una estrecha plataforma que tiene como límite occidental la estirada cúspide del cerro.

Como curiosidad se puede señalar que fue éste el primer barrio de la villa que dispuso del agua potable procedente de los manantiales de La Alquería. Antes de construir la red de abastecimiento público en toda la población, durante algún tiempo estuvo funcionando en la parte superior de este barranco una fuente en la que se aprovisionaban los vecinos.