CALLE RÍO DE CASTILLÉJAR

En el flanco occidental del casco urbano de la villa, al otro lado del río y paralelamente a éste, arranca uno de los caminos más antiguos de la localidad, el que lleva al vecino pueblo de Castilléjar. Dicho camino, considerado calle en sus primeros tramos, se inicia precisamente en la confluencia de las calles Carretera de Huéscar y San Miguel y, como decimos, va bordeando el río por su margen derecha. Al final de su desarrollo se encuentra la Cueva del Mosco, que conecta a su vez con el Anejo del Cortijo del Cura.

Una vez abandonado el casco urbano, tras rebasar el actual Hotel Galera -donde estuvo instalado el Matadero Municipal, inaugurado el 30 de junio de 1934- dicha calle transcurre entre dos puntos de interés, como son la presa sobre el mencionado río -que ahora se llama de Castilléjar al unirse bajo el puente de hierro con los procedentes de Orce y de Huéscar respectivamente-.

Dicha presa, que se edificó a partir de 1881 para desviar el agua del río hacia la flamante fábrica de harinas “La Posible”, sirvió igualmente para abastecer de energía eléctrica a la población, tal y como decimos en GALERA. TREINTA Y CINCO SIGLOS DE HISTORIA: Lo que sí conoció nuestra villa, incluso muchísimo antes que otras poblaciones de mayor envergadura que ella, fue un servicio de alumbrado eléctrico. En los primeros años de este siglo, tal vez en 1904, Galera vio cómo se instalaba un generador hidráulico en la fábrica harinera ‘La Posible’, propiedad del activo empresario de la época don Leandro Carrasco Martínez, que servía para iluminar las calles y domicilios con corriente continua. El sistema estuvo funcionando hasta los últimos años de la década de los cincuenta en los que otras empresas de ámbito no local mejoraron el servicio, ahora con corriente alterna”.

El otro punto, precisamente a la derecha de donde está la presa, se alza la llamada “cuesta de la horca”, cuyo nombre nos remite a períodos en que dicho artefacto de ejecución debía de haber estado instalado en este lugar, no sabemos si antes o después de haber existido otra horca en la cima del cerro de San Gregorio. Don Marcelino Fernández, en su varias veces citada Historia de Galera -inédita y desaparecido el original- menciona otra denominación para esta empinadísima, como es “el azagador”. Según el diccionario de la RAE el significado de esta palabra es “Senda por la que las ovejas y cabras tienen que ir azagadas” (una detrás de otra). Y efectivamente, este camino es un antiguo paso de ganado.

Tal vez desde la segunda mitad del siglo XVII y hasta no sabemos cuándo, en este camino del Río de Castilléjar, tenía lugar una ceremonia que recogemos en nuestro libro, inédito cuando se redacta este Callejero, titulado LA PARROQUIA DE LA ANUNCIACIÓN DE GALERA. HISTORIA MILENARIA Y PATRIMONIO: “El día 15,(de enero) la ‘entrá’ del cajero. Recordando alguna época indeterminada en que en la localidad no había quién tocase la caja -imprescindible-, se contrataba a un cajero, que venía de Benamaurel. Los miembros más destacados de la agrupación militar, lo esperaban por el camino de Castilléjar y hacia media tarde entraban al pueblo batiendo el referido instrumento como señal del comienzo de los días importantes. Esa noche ya hay retreta, el toque militar nocturno en el ejército español. Cuando el Santo permanecía todo el año en su antigua ermita, los componentes de esta ronda se acercaban al santuario y le ofrecían su música como homenaje.

Entrando ya en terrenos rústicos, a lo largo del camino, exclusivamente en su margen derecha, hay viviendas rurales (cuevas y pequeños cortijos), que en la actualidad no están permanentemente habitados.

Consultado una vez más al Censo de población correspondiente a 1935, sabemos que en el Río de Castilléjar Derecha -para distinguirlo del Río de Castilléjar Izquierda que era como se denominaba a la actual calle Carrachila- residían 16 familias que sumaban un total de 88 personas.

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