CALLE SAN ANTÓN

Aunque hay un barrio, que ya hemos incluido en este Callejero, que lleva el nombre de este santo, la calle que se nombra de esta misma manera no fue creada cuando aquél, por lo que consideramos que merece ser tratada de manera individualizada.

Tampoco es muy antigua esta denominación como tal calle, ya que ésta es producto de las obras de ampliación del casco urbano realizadas desde la década de los años cincuenta del pasado siglo XX.

Es una calle completamente recta que tiene su inicio -en su extremo oriental- en la calle Cádiz y cruza la calles Sierra Nevada, Obispo Medina Olmos, Hernán Cortés y Ana Caracuel, para llegar a la plazoleta al fondo de la cual se encuentra la actual ermita de San Antón, de donde toma su apelativo.

Dicha ermita, como decimos, no es la primitiva. Aquélla fue derruida en la primera mitad de los años sesenta para conseguir solares en donde edificar en repetido Barrio de San Antón.

Por el vacío documental que existe, sobre todo en cuanto a la historia de los edificios religiosos de Galera, no tenemos demasiada información sobre ellos, incluido éste dedicado al santo abad.

Una vez más, hemos de echar mano a don Marcelino Fernández para que nos cuente algo sobre su origen: En 1595 envió Dios una plaga de langosta; los pobladores hicieron voto de hacer un San Saturnino y lo cumplieron el día 16 de julio de 1595 como también a San Antonio Abad de guardar la vigilias”. Es decir, que ya a finales del siglo XVI -recién llegados los nuevos poblados de la villa, que lo hicieron oficialmente en 1591- había entre los vecinos una devoción al santo, aunque aún no se había levantado su capilla en las afueras de la población.

Unos años más tarde, sedimentados los lógicos sobresaltos de la repoblación, los nuevos vecinos tienen más tiempo para atender a sus necesidades religiosas, en concreto ésta que nos ocupa. Así se cuenta en GALERA. TREINTA Y CINCO SIGLOS DE HISTORIA: “Por lo que a San Antón se refiere, sabemos que en estos años existía una imagen suya en un cortijo de Fuente Amarga, propiedad de don J. Pedro de Rato, vecino de Huéscar. Seguramente se había ido consolidando la costumbre de, en los días en que se celebra su festividad, trasladar dicha imagen a Galera, donde se le ofrecía una función. Por las circunstancias que fueren -arraigo y extensión de la costumbre en la mayoría de los vecinos, incomodidad de transitar por los caminos en esas fechas tan dadas a factores climatológicos adversos- se decidió fundar una ermita al pie del Calvario y adquirir un San Antón, lo que se llevó a cabo en 1670 siendo párroco de la villa don Isidro Amorós. Y, como cuenta don Marcelino Fernández, ‘dándole principio a las funciones anuales con pólvora’. Que no podía faltar”.

Por eso, ya en 1674, el paisaje urbano de Galera estaba complementado por las cuatro ermitas que habían ido surgiendo en su perímetro, como nos dice un acuerdo del Concejo del día 23 de febrero de aquel año, en cuya sesión tienen lugar, entre otros, estos nombramientos:

“… Por mayordomos de la hermita de san ysidro a juan de jea y juan berdexo el mozo

Por mayordomos de la ermita de san marcos a bartolome perez y Attº revelles

Por mayordomo de la hermita de san anton a los nonbrados

Por mayodomos de la hermita de mi señora santana a joseph buendia y ambrosio Pérez…”

La única documentación que conservamos sobre la ermita de San Antón es un “Expediente de exención absoluta y permanente de la contribución” correspondiente a dicha edificación fechado en 1922.

En dicho Expediente se recoge el siguiente

Decreto. Con arreglo a los arts. 14 de la Ley de 29 de Diciembre de 1910 y Real Decreto de 5 de Enero de 1911, instrúyase expediente relativo a la finca de un solo piso con dos habitaciones, que ocupa una superficie de ciento treinta y nueve metros cuadrados y setenta y cinco centímetros cuadrados, conocida por Ermita de S. Antón, que se sitúa en la Calle de las Cruces nº 60, con destino al culto católico y que linda Levante su entrada, Poniente y Sur el Cementerio y Norte una era de y Norte una era de Dª Regina Martínez Martínez, comprendida en la hoja de declaración nº 914 a fin de que sea declarada exenta absoluta y permanente de la contribución territorial…”

Al ser demolida por la causa que explicamos anteriormente, fue construida la que conocemos en la actualidad por la empresa de construcción que llevó a cabo las obras del nuevo barrio.

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