Esta calle es una de las que se trazaron en la zona de poniente de la población cuando se extendió a partir de los años 50-60 del siglo XX, en un área que estaba dedicada a las eras más inmediatas al casco urbano.

Se desarrolla de sur a norte aproximadamente y en su transcurso se cruza con las siguientes vías: calle Cruces -que es donde se inicia en su extremo meridional-, calle San Antón y calle Cervantes, donde concluye en su extremo septentrional. Es completamente rectilínea.

Antes de asignársele este nombre -en los años setenta- estaba ubicado en ella el cine en el edificio que forma la esquina de poniente con la calle Cervantes. Dicho edificio fue construido expresamente para esta función en los primeros años de la década de los cincuenta.

No es por casualidad el nombre con que se conoce, Obispo Medina Olmos, ya que este prelado de la diócesis de Guadix tuvo una estrecha relación con Galera.

La explicación viene dada en el Boletín del Centro de Estudios de Guadix nº 6. 1993, en una aportación para la biografía de este prelado, firmada por Jesús Fernández Fernández y quien suscribe, que transcribimos en su integridad:

“Parte de la niñez de don Manuel Medina Olmos transcurrió en Galera, donde convivió con su tío don Manuel Olmos Núñez, ‘cura propio’ de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Anunciación.

Está documentado que ocupaba este cargo de cura de almas en 1867.

Probablemente, dada la edad que el pequeño Manuel tenía durante su residencia en Galera y el gran interés del tío por su educación, aprendería en esta localidad sus primeras letras junto a otros niños de su edad, entre los que se encontraban sus amigos Ángel María Aguilera Mellado y Blas Tripiana Martínez, con los que mantuvo esta relación a lo largo de su vida.

Según cuentan los descendientes de estos, cada vez que don Manuel venía a Galera, tanto siendo sacerdote como ya Obispo de Guadix, los visitaba, y a veces se alojaba en sus propios domicilios.

Aún recuerda uno de los nietos de Blas, don Antonio Barrachina Tripiana, que él lo conoció de Obispo en el cortijo de su abuelo, rogándole a los familiares que lo tutearan.

Don Manuel Medina Olmos estuvo muy relacionado con el Colegio del Perpetuo Socorro de Galera, fundado en 1925 y regentado por religiosas de Cristo Rey. Es probable, incluso, que redactara los Estatutos de la Fundación.

En el número de octubre de 1925 de la revista EL BIEN, editada por las Hijas de Cristo Rey, se publica la crónica de la inauguración del mencionado Colegio, que tuvo lugar el día 13 de septiembre. De ella, destacamos los siguientes párrafos:

‘El I. Sr. Manuel Medina Olmos felicitó al pueblo por el gran beneficio que Dios le concedía, exponiéndoles la sagrada misión de las religiosas que con tanto entusiasmo acogían en su suelo…’

‘A las diez (del día siguiente) celebróse Misa cantada en la Parroquia… y en la que de nuevo dirigió el Sr. Medina Olmos la palabra al pueblo, desarrollando claramente el pensamiento del día anterior respecto a la misión de las Hijas de Cristo, a la necesidad de la educación y de la correspondencia que reclama el beneficio requerido’

De esta misma crónica se desprende que fue él quien celebró la primera misa en la capilla del Colegio.

Su relación con éste fue permanente. En el mes de julio de 1936 la Hija de Cristo Rey madre Rocío, terminó un retrato al óleo del Obispo, ignorándose si llegó a entregársele o si desapareció en el saqueo del centro religioso. Con el transcurso del tiempo don Manuel llega al Episcopado.

La noticia se conoce en Galera y causa gran júbilo en sus vecinos, entre los que había muchos que lo conocían personalmente desde su niñez.

Tan evidente fue esta alegría que la recogió el Ayuntamiento. El cual, en la Sesión del 24 de octubre de 1925, la hizo constar en Acta con los siguientes términos:

‘… el señor Alcalde hizo presente que por noticias publicadas en la Prensa ha sido nombrado Obispo Auxiliare del Cardenalato de Granada el Ilmo. Sr. D. Manuel Medina Olmos y como éste pasó su niñez entre estos vecinos en donde cuenta con generales simpatías, solicita conste en Acta la satisfacción con que la Corporación ha visto este nombramiento y se le envíe un telegrama de felicitación en nombre de la misma…’

Presidía esta Corporación don Ángel María Aguilera Mellado, uno de sus amigos de la niñez.

En 1928, cuando don Manuel es nombrado Obispo de Guadix, el Ayuntamiento de Galera, en Sesión del 26 de noviembre de ese mismo año, acuerda asistir a la entrada oficial en su diócesis el día 3 de diciembre, representado por una comisión del mismo.

Hacia 1974 se le dedica una calle de la localidad, situada en uno de los barrios de nueva creación”.

En febrero de 1931 -añadimos-, el párroco, don Emiliano Navarro Sánchez, considera imprescindible enlosar el coro porque “tiene el pavimento de yeso, muy deteriorado, lo mismo que las escalera”, así como la refundición de dos campanas que están rotas. Para ello, solicita autorización el Obispado, añadiendo que el coste de la operación está cifrado en 900 pesetas.

La respuesta del Obispo, sólo 4 días después de dicha solicitud, es la siguiente:

“Vista la precedente instancia, autorizamos al exponente para la refundición de las campanas y obras de que se hace mérito, y por nuestro afecto a la Parroquia de que se trata, le ofrecemos de nuestro propio peculio CIEN PESETAS, para ayuda de las mismas, que puede recoger cuando desee…”¹

Tal vez la última visita que hizo el prelado a Galera fuese la que tuvo lugar el día 20 de junio de 1932, fecha en que Medina Olmos une en matrimonio en la iglesia de Galera a un hijo de su amigo Ángel María, tal y como reza la Acta de Matrimonio custodiada en el Archivo del Registro Civil de la localidad.

Sólo cuatro años más tarde, monseñor Medina Olmos era asesinado en Almería en el contexto de la Guerra Civil española de 1936/1939.