REFRANES DEL QUIJOTE

IV

DÁDIVAS-DUEÑO

63. Dádivas quebrantan peñas (“No hay cosa cierta a mi ver / que mueva los corazones, / ni que así se pueda hacer / tan fácilmente torcer / como dádivas y dones. / Porque si recibes don, / en este punto te empelas / y tienes luego afición; / y así dicen con razón / ‘Dádivas quebrantan peñas’”).

64. Donde las dan las toman (“Páganse con igual desquite por los mismos filos y en la misma moneda”).

65. Para dar y tener, seso es menester (“Cosas hay en que conviene / que el hombre dé y que retenga, / porque tiempo después viene / que con lo que así retiene / hará lo que le convenga”).

66. De desagradecidos está el infierno lleno.

67. Desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo ni gano.

68. Quien destaja no baraja (“Para después no altercar, / conviene en cualquier cosa / a la clara destajar / y no para el fin dejar / la negociación dudosa, / porque por aquesta vía /cualquier duda se ataja / y cesa con toda porfía; por eso dicen hoy día / ‘Quien destaja no baraja’”).

69. El diablo anda en Cantillana, y el obispo en Brenes (“Expresión que su usa cuando sale mal alguna cosa o se nota desbarajuste y desorden en algo. Dicen algunos viejos de Sevilla que hubo un obispo de anillo1 que tenía hacienda en Brenes; y estando él allí unos sobrinos suyos hicieron en Cantillana algunos desafueros y ruidos de noche, formando estantiguas y espantando la gente para fines de sus amores”).

70. Del dicho al hecho hay gran trecho.

71. Más vale un diente que un diamante.

72. La diligencia es la madre de la buena ventura (“Esto es, tras el descuido y flojedad viene la necesidad. Lo contrario, la buena diligencia es madre de la buena ventura”)

73. Dime con quién andas y te diré quién eres.

74. A dineros pagados, brazos quebrados (“Advierte que no se debe hacer el pago adelantado, porque quien lo recibe pierde el estímulo para continuar la obra”).

75. A Dios, amo y ama, que tan buen pan como aquí hacen en Francia.

76. A Dios rogando y con el mazo dando (“El mazo es de los oficios de fuerza, de hacer carretas y poner los arcos a las cubas; quiere decir que nosotros obremos y nos ayudará Dios, y no queramos que nos sustente holgando”).

77. A quien Dios quiere bien, la casa le sabe y el hogar también; y a quien mal, ni la casa ni el hogar (“Porque Dios lo sabe todo; quiere decir que no le visita Dios en uno ni en otro, porque no le halla digno; al bueno, sí”).

78. A quien Dios se la diere, San Pedro se la bendiga (“La voluntad de nuestro Dios en la Tierra fue que lo que San Pedro, o sucesor suyo, atase en la Tierra, fuese atado en el Cielo, y así lo que soltase y perdonase. Y lo mismo se entiende que sería la voluntad de San Pedro, hecho el argumento al revés, del Cielo a la Tierra, pues a quien Dios hace merced espiritual, razón es que San Pedro la dé por buena”).

79. A quien se humilla, Dios lo ensalza.

80. Amanecerá Dios y medraremos.

81. Cuando Dios amanece, para todos amanece (“La divina majestad, / que creó grandes y chicos, / por su divina bondad / envía su claridad / a los pobres y a los ricos”).

82. Dios bendijo la paz y maldijo las riñas.

83. Dios sabe lo mejor (“Cuando no se alcanza, o se trueca, lo que se pretendía”).

84. De menos nos hizo Dios (“Cuando dan esperanzas de vida de uno que se está acabando”).

85. Dios consiente, pero no para siempre.

86. Dios cuando da la llaga, luego da la medicina (“Nuestro Dios omnipotente, / si nos da la tribulación, / es tan benigno y clemente / que Él mismo muy prestamente / nos da la consolación”).

87. Más vale a quien Dios ayuda que al que mucho madruga.

88. Quien yerra y se enmienda, a Dios se encomienda.

89. Echadlo a doce, aunque nunca se venda.

90. La doncella honesta, el hacer algo es su fiesta.

91. La doncella honrada, la pierna quebrada y en casa (“Véase La mujer honrada…”)

92. Los duelos, con pan son menos (“Teniendo bien de comer / el hombre a quien algo duele, / clara cosa está de ver / que no deja de tener / con que se alegre y consuele”).

92. Todos los duelos con pan son menos (“Llevaderos y sufribles”).

93. Lo bien ganado se pierde, y lo malo, ello y su dueño.

1 Obispo in pártibus u obispo in pártibus infidélium. El que toma título de país o territorio ocupado por los infieles y en el cual no reside.

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