La Iglesia parroquial se abre al culto

LA IGLESIA PARROQUIAL SE ABRE AL CULTO PESE A NO HABER CONCLUIDO LAS OBRAS

De nada han valido las firmas de los directivos de todas las hermandades religiosas del pueblo que en el mes de diciembre pasado se remitieron a la Delegación Provincial de Cultura para que no se interrumpiesen las obras de restauración del templo parroquial. El mismo caso que a las anteriores le ha hecho la Consejería a las más de quinientas firmas de vecinos, encabezadas por las de los miembros del Ayuntamiento, que se le remitieron en marzo con el mismo propósito. En ninguno de ambos casos ha habido ni siquiera respuesta.

Por ello, las obras que se han llevado a cabo en  este edificio,  Bien de Interés Cultural desde 1983 por su artesonado del mudéjar granadino de finales del siglo XVI, han finalizado una vez renovada la totalidad de su cubierta, que presentaba grave peligro de hundimiento.

Desde febrero de 2008 los cultos religiosos (misas, comuniones, fiestas patronales, entierros, bautizos, etc.) han debido celebrarse en locales alternativos, que en ocasiones no reunían las condiciones necesarias para ello.

Ante el persistente silencio de la administración y para cubrir las necesidades que se plantean con la llegada al pueblo de numerosos veraneantes, la Parroquia ha decidido utilizar el edificio del templo parroquial,  aunque no se encuentra en las mejores condiciones: un suelo gravemente deteriorado por haber servicio el edificio como almacén, así como por haber soportado el trasiego continuo de la maquinaria; la totalidad de los zócalos arrancados para “dar un respiro” a los muros; enormes lienzos de la pared sin enlucir por haber agotado el presupuesto; alarmantes desconchones que ponen al descubierto el sector de tapial de uno de los muros desde los que se desprende constantemente la tierra. A ello hay que añadir que la casi totalidad de las imágenes están ausentes al haber sido retiradas al inicio de las obras y no juzgar prudente colocarlas en su sitio nuevamente en esta situación.

Con todas estas deficiencias, los vecinos han acogido con una no disimulada alegría la apertura del templo, aunque se han extrañado –hasta ahora no habían podido entrar en el recinto- del lamentable estado en que se encuentra su interior después de más de un año de cierre forzoso.

Jesús Mª García

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