EL CALLEJERO DE GALERA. LA HISTORIA DE CADA DÍA

 
 
 

Una vez concluida la serie de las EFEMÉRIDES en el devenir histórico de nuestra más que trimilenaria villa que hemos publicado a lo largo de dos años, creemos que puede ser del interés de nuestros seguidores una visión y un acercamiento a las calles de nuestro pueblo: sus nombres, el porqué de ellos, sus características, hechos acaecidos en ellas, etc.

No siempre los Ayuntamientos han sido quienes han elegido el nombre con que se conocen nuestras vías. Es sólo a partir de 1850 cuando las corporaciones municipales deciden con qué nombre debemos conocerlas. Y es entonces cuando muchas de estas calles reciben apelaciones en absoluto populares, ya que echan mano de gentes, sitios, hechos, etc. que poco tienen que ver con la vida diaria de los vecinos de cada aldea, villa o ciudad.

A lo largo de siglos, las gentes iban adjudicando a cada una de las que recorrían diariamente nombres que realmente estaban estrechamente vinculadas con ellas: el camino del Río, el callejón de la tía Serafina, la plaza de la Fuente Agria, la calle del Hielo, la corredera de los Olmos, etc., lo que nos acerca inmediatamente a una dimensión verdaderamente relacionada con dicha calle: el sitio al que te conduce, la persona más destacada de las que allí viven, el lugar donde se abastece de agua la ciudadanía, la vía más helada del pueblo, los elementos más destacados de este camino…

La documentación más antigua que tenemos en Galera sobre el nombre de sus calles es el Catastro del Marqués de la Ensenada, un estudio muy detallado hecho en todos los pueblos de España a mediados del siglo XVIII. Concretamente el relativo a Galera es del año 1752.

El estudio abarca principalmente las posesiones de cada uno de sus vecinos: casas, tierras de secano, de regadío, huertos, viñas, ganados, etc. La intención era, obviamente, aplicar contribuciones sobre estos patrimonios.

Al describir las casas, o cuevas, que poseen los vecinos, señalan así mismo la calle en las que están ubicadas y de ahí es de donde podemos recoger la información que en este caso nos interesa.

Éstas son las calles, en orden alfabético, que figuran en este completísimo documento, conservado en magnífico estado en el Archivo Histórico Municipal: Ejido, Elvira, Eras, Iglesia, Plaza, Remendado, Rincón y San Marcos.

Además de estas pocas -el pueblo es más pequeño aún que ahora-, citan otras tres que ni siquiera tienen nombre: “calle de espaldas a la iglesia” (que debe ser sin duda la que actualmente se llama avenida de don Nicasio Tomás, antiguamente Bajo las Ventanas), “calle que atraviesa a la del Ejido” (la que hoy conocemos como calle Cervantes, anteriormente José Antonio Primo de Rivera) y “calle que sale de la iglesia… la casa hace esquina con el Barrio del Remendado” (por lo que creemos que esta nueva calle sin nombre es la carrera de San Isidro en su tramo inicial).

El resto de las calles actuales ha ido surgiendo a lo largo de los más de dos siglos y medio que han trascurrido desde que se redactara el referido Catastro. Destaca una curiosidad: sólo hay un barrio, el del Remendado, en el que se señala que hay cuevas -sólo unas veinte-, o “cueva-habitación de personas”, como se mencionan en otros documentos. Y ello porque la construcción masiva de barrios de cuevas en nuestra comarca va a tener lugar a mediados del siglo XIX por las razones que en su momento explicaremos.

Por todo ello, con una periodicidad quincenal a partir de hoy, ofreceremos a quienes entren en esta página esta parte, tan viva y significativa, de los últimos siglos de nuestra historia.

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