No estaban nuestros Ayuntamiento desconectados de lo que pasaba en su entorno. En Granada se había destacado, precisamente por su humildad y buen hacer en favor de la instrucción y educación de las clases más desfavorecidas, un canónigo del Sacromonte y catedrático de su Universidad: don Andrés Manjón. Durante años fue elaborando -y al mismo tiempo poniéndolo en práctica- un proyecto educativo absolutamente innovador, orientado en principio a los niños y niñas gitanas que vivían en el barrio del Sacromonte. Todo ello desembocó en las Escuelas del Ave María, que tanto han hecho por rescatar de la ignorancia a generaciones de españoles. En reconocimiento a su labor, el Ayuntamiento galerino, a propuesta del vecino don Juan Molina Romero y otros más, dedican la hasta entonces llamada calle del Ejido -la más importante de aquellos años-, al insigne pedagogo según acuerdo de 26 de agosto de 1923.