CALLE SAN MARCOS

Esta nueva calle, uno de los ejes más importantes de la población, aparece en el Catastro de Ensenada porque es una de las que trazaron los repobladores de 1591.

Atraviesa longitudinalmente el casco central de la localidad en dirección norte-sur. En su extremo norte arranca en la Avenida de don Nicasio Tomás y desde allí se dirige hacia el sur cruzando las calles Elvira y Cervantes. En el último tramo de su recorrido conecta en su flanco izquierdo con el principio de la Carrera de San Isidro y finalmente desemboca en la confluencia de las calles Avenida de Andalucía, Cristóbal Colón y Cruces.

En este extremo final, a la derecha, se alzaba la ermita de San Marcos, de donde le viene el nombre con que se le conoce. Don Marcelino Fernández cita esta ermita como edificación contemporánea del templo parroquial con las siguientes palabras:

“… a otro año hicieron la hermita de San Marcos en 1597 y por ser la primitiva iglesia le pusieron el Patrono del Pueblo…”

Con el paso del tiempo, la capilla se fue deteriorando, según manifiesta el siguiente documento, recogido de nuestra obra, aún inédita, titulada LA PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE LA ANUNCIACIÓN. HISTORIA MILENARIA Y PATRIMONIO:

En la penúltima década del siglo XVIII la decadencia de la ermita de San Marcos es patente. El día 15 de noviembre de 1782 un vecino solicita del Concejo la casa contigua al santuario, que habitaba el ermitaño correspondiente al pertenecer a la misma finca, con el fin de utilizarla como vivienda. Para ello se compromete al aseo y custodia de ambos edificios, porque ‘es notorio se hallan en disposicion de arruinarse, pr lo que movido del zelo y amor a nuestro patrono solicita el suplicante se ponga a su cuidado el citado aseo y custodia…’. Los daños, según el solicitante, exigen ‘reparar el texado que caido se halla y cubre la Sachristia, y assi mismo el techo de esta que se halla amenazando ruina varios reboltones de el…’. El Ayuntamiento, tras advertirle que la propiedad de la ermita y vivienda aneja serán siempre de la villa, accede a la petición”.

La reparación que presumiblemente habría hecho de estos edificios el citado vecino puede haberles prolongado su vida casi cien años, hasta convertirse en el llamado “hospital”, que tuvo una vida de otra centuria, según la siguiente noticia, recogida de GALERA. TREINTA Y CINCO SIGLOS DE HISTORIA:

“… El hospital fue fundado en 1891. Varios vecinos del pueblo constituyeron una Sociedad Común para este fin. Don Pablo Carrasco Sánchez, médico, solicita comprar el solar de la antigua ermita de San Marcos. El 15 de marzo del mismo año el Ayuntamiento nombra comisionados para la construcción del edificio a los concejales don Juan García Romo y don Ángel de la Rosa Carrasco; como peritos a los albañiles Casildo Díaz Macizo y Antonio Serral Blanes. El 22 y 29 de ese mismo mes los comisionados informan favorablemente. El 5 de abril anuncian la subasta para la venta del solar, el 6 de se hace dicha subasta y se adjudica a don Pablo Carrasco Sánchez. El 28 de junio sus fundadores lo ofrecen al Ayuntamiento para su administración y éste acepta”.

Hay que señalar que en dicha obra colaboró el vecindario aportando gratuitamente mano de obra como peones de albañil, aguadores, carreros, etc.

Tuvo que pasar curiosamente otro siglo más para que el viejo “hospital”, en realidad lugar de la consulta del médico y vivienda de éste, para que fuera demolido y edificado -en los primeros años 2000- en su solar el complejo que en la actualidad ofrece a los vecinos el nuevo consultorio médico, el bar destinado a los pensionistas y otras dependencias de uso público.

Otro centro de considerable influencia para los vecinos fue el Convento de Cristo Rey establecido en esta misma calle, concretamente en una casa que había sido propiedad de una de las familias más adineradas, como fue la de los Cabrera.

Tomada de la citada obra LA PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE LA ANUNCIACIÓN…, ofrecemos la siguiente noticia sobre dicho Convento:

“… El 13 de septiembre de 1925 hacen su entrada oficial en la localidad las religiosas de la Orden de Cristo Rey al haberse establecido ésta en la localidad. Las autoridades municipales asisten al acto y a la procesión con el Santísimo desde la iglesia parroquial hasta el convento, así como a los que tienen lugar al día siguiente: la inauguración de la Capilla del convento y su bendición. 39

El día 24 de este mismo mes el Pleno del Ayuntamiento nombra Hija Predilecta a la señorita Ángeles Cabrera Carrasco ‘religiosa de la Orden de las Carmelitas Descalzas, en la cual se llama hermana Ángeles de Jesús’, por haber ‘donado su cuantiosa fortuna a la Orden de Cristo rey para dotar a esta población de un Colegio destinado a la enseñanza…’”.

Hasta 1936 el colegio estuvo funcionando en sus labores propias, atendiendo principalmente a las niñas hasta la finalización de su edad escolar y a los niños párvulos. Incluso llegó a tener un internado. El 31 de agosto de este mismo año, siguiendo las directrices que en educación imponía la República, desde el Ayuntamiento “… se remite al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes (Madrid) y Gobernador Civil de Murcia un ejemplar del acta de ocupación del edificio nº 9 de la calle de San Marcos, que estaba dedicado a la enseñanza Religiosa por las Hijas de Cristo Rey…”.

Concluida la Guerra Civil, regresan las Hijas de Cristo Rey a Galera y reanudan su actividad hasta mediados de los años sesenta, fecha en que abandonan la población. Durante unos 35 años el edificio permanece vacío. En julio de 2001, por cesión gratuita del Obispado de Guadix por un periodo de 25 años, la capilla que se había construido en la casa contigua al convento para uso de la comunidad religiosa y vecinos del pueblo, se convierte en el actual Museo Arqueológico Municipal.

Hay que añadir que en esta calle estuvo situada una de las cárceles utilizadas al menos en el periodo de 1936-1939 por el Comité del Frente Popular. Dicha casa es la que hace esquina con dicha calle y la Carrera de San Isidro, en la acera de la izquierda.

Para concluir, diremos que entre 1927 y 1929 consta la presencia de una Sociedad recreativa en esta calle, cuyo nombre era TERPSÍCORE, cuya sede oficial era la casa entonces numerada con el 18.

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