CALLE PADRE MANJÓN

Una de las calles más céntricas de la población y, por tanto, una de las pocas que ya estaban trazadas desde los primeros años desde la repoblación, es ésta del Padre Manjón. Figura como tal calle en el Catastro de Ensenada, pero con otro nombre diferente al actual: calle del Ejido.

En el diccionario de la RAE, ejido significa “Campo común de un pueblo, lindante con él, que no se labra, y donde suelen reunirse los ganados o establecerse las eras”.

Dicho ejido debería de estar situado, según esta definición, en el área del extremo sur de dicha calle, o sea, ocupando una parte de la carrera de San Isidro y alrededores.

Aquí es donde tiene su inicio esta vía, que discurre de manera rectilínea hacia el norte. A pocos metros de su desarrollo, a la derecha, se abre un callejón sin nombre, que conecta así mismo con la citada Carrera y con la calle Iglesia en el mismo punto.

A continuación se cruza perpendicularmente con la calle Cervantes y más adelante se interna en la Plaza Mayor, de la que forma parte. En este espacio hay un nuevo cruce, esta vez con la calle Elvira, para terminar el último tramo en su encuentro, otra vez perpendicularmente, con la avenida de don Nicasio Tomás.

Desde los primeros años cuarenta del siglo XX y hasta su desaparición unos treinta años después, se situaba en esta vía la casa-cuartel de la Guardia Civil, que posteriormente fue convertida en una especie de residencia con apartamentos independientes para personas mayores.

Hay que señalar que ésta fue la calle en donde “residió” los primeros días de su estancia en Galera la antigua imagen del Stmo. Cristo de la Expiración, actual patrón de la localidad. Así lo cuenta don Marcelino Fernández en su inédita, manuscrita y actualmente perdida Historia de Galera:

“… Concluida la Imagen1, avisó el artífice fueran a por ella; hiciéronlo así cargándolo en un mulo y al venir por el camino del Pozo, en el río de Turrillas hay unas angosturas bastante trabajosas y temiendo los que traían el cajón donde venía la Imagen no poder pasar por algunas de ellas y ser necesario cortar algunas peñas con picos para que pudiera pasar el cajón; en estos pasos se descuidaron inadvertidamente los que venían con él y cuando volvieron a poner cuidado en la caballería ya había pasado todos los peligros, quedándose admirados de ver el suceso y un mozo más curioso que los otros tomó una cuerda, midió el cajón y después midió una de las angosturas por donde había pasado y le faltaba media vara para que el cajón cupiera.

Con este prodigio y confundiéndose los mozos sus entendimientos diciendo con San Juan que para Dios no hay cosa imposible, llegó el cajón esta villa, lo descargaron en la casa de Pedro Cabezas y así como le quitaron a el mulo el cajón, con el deseo de ver la peregrina imagen se divirtieron y el tanto el mulo fue a el sitio que llaman el ejido, se echó a revolcar como es natural en semejantes animales luego que dejan el trabajo y no volvió a levantarse porque reventó.

La casa que en aquel tiempo vivía Pedro Cabezas en la calle del Ejido es hoy de Gregorio Sánchez, organista de esta Parroquia…”

Durante unos trescientos años más -desde 1627 en que se encarga y se esculpe la imagen del Crucificado hasta 1923- la calle sigue llamándose esta manera ininterrumpidamente hasta que en agosto de este último año se presenta en el Ayuntamiento un escrito respaldado por sesenta firmas, cuyo extracto ofrecemos:

Los que suscriben, vecinos de este pueblo y mayores de edad, respetuosamente exponen: Que hacen suya la idea surgida al vecino de este pueblo, D. Juan Molina Romero, idea magna que dejará en nosotros recuerdos indelebles… Se trata de perpetuar la memoria de un nombre que hasta en los más recónditos lugares debe pronunciarse; de hacer justicia a un ser que en su sacrificada vida nos hizo mucho bien y es dueño y merecedor de cuantos actos honrosos le rindan en una palabra según la doctrina cristiana, ensalzar al que se humilla… Nuestro único propósito es recordar siempre a una de las más grandes figuras españolas como es la de D. Andrés Manjón para cuyo nombre pedimos, con el respeto debido, la dedicación de una calle… Todos los individuos que firman se comprometen a pagar una pequeña cuota para la adquisición de las losetas de mármol que se pondrán, previo permiso…”

El escrito, que no lleva fecha, está firmado por sesenta miembros de la comunidad local.

El día 26 tiene lugar una Sesión ordinaria del Ayuntamiento, en la cual se trata, entre otros asuntos, el que nos ocupa:

“… El Sr. Presidente2dio cuenta de un escrito que suscriben varios vecinos… por el cual solicitan que al dignísimo gran pedagogo Don Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María, de Granada, le sea dedicada una calle de la localidad, para lo cual proponen la calle llamada de los Postigos3por ser la que une los dos centros docentes… Por su parte la presidencia enalteció la memoria de tan caritativo Padre… haciendo suya la idea, teniendo frases de simpatía y agradecimiento hacia el vecino Don Juan Molina Romero, de quien ha nacido esta idea… La Corporación Municipal… hizo suya por unanimidad la propuesta de los vecinos firmantes… estando todos los reunidos contestes4 en que este pueblo, dando una prueba más de su cultura y su patriotismo, debe dedicar una de sus mejores calles a la Memoria del insigne maestro… acordándose por unanimidad: Que se imponga el nombre de Don Andrés Manjón a la calle llamada del Ejido por ser una de las mejores de la localidad, no debiendo ser en la de los Postigos… en atención a que en la misma… no tiene viviendas, estando constituida totalmente con puertas de servicio de las casas cuya entrada principal no corresponde a la referida calle. Que al referido acto se dé todo el esplendor que requiere, para lo cual se nombra una Comisión especial compuesta del Sr. Alcalde…y en Concejal don Francisco Moreno Olmo…”

Autorizada esta propuesta de manera oficial, se abre una suscripción popular por la citada Comisión del Ayuntamiento, de la que es Tesorero el proponente, señor Molina Romero. La Corporación encabeza esta nómina con una aportación de 50 pesetas, a la que siguen cincuenta y seis donaciones hasta alcanzar la cantidad de 237’40 pesetas.

Organizado el evento, éste tiene lugar el día 13 de octubre del corriente 1923, del que cumplidamente da fe la correspondiente Acta que, por su gran extensión, resumimos de esta manera:

En la Villa de Galera, a las nueve de la mañana… se reunieron en el Salón de Sesiones el sr. Alcalde, don Ángel María Aguilera Mellado, el primer Teniente de Alcalde, Don Alfonso Barrachina Tomás, el segundo teniente, Don Francisco Pinteño Romo, y los Regidores Don Tomás Muñoz García, Don Cándido Pérez Domingo, Don Justo López Muñoz, Don Lorenzo Moreno del Olmo, Don Manuel Muñoz García, Don Miguel Martínez García, Don Pedro de la Cruz Domingo y Don Tomás Vega Rabanillo, el Sr. Cura Párroco, Don Juan Sánchez Salinas, el Sor. Juez Municipal Don mateo Martínez Ortiz, los Coadjutores Don Ezequiel López Ortiz y Don mateo Romo Heras, los Sres. de la Comisión organizadora, Don Juan Molina Romero, Don Mamerto Pérez Cañas, Don Antonio Fernández Peral, Don Francisco Moreno del Olmo, Don Juan Carrasco Muñoz, Don José Sánchez Heras, Don Enrique Díaz Salmerón, Don Francisco García Heras, Don Leandro Cabrera Carrasco, Don Primitivo Fernández Martínez y Don Juan Heras Maldonado, así como los Sres. que completan la lista de donantes que precede a este acta… (a continuación se ofrece una completa biografía del homenajeado)… El pueblo de Galera, dando una nota más de cultura y humanos sentimientos, no podía sustraerse a dedicar el merecido homenaje a la memoria del Padre Manjón… al efecto, congregadas en este día las autoridades y vecinos en un mismo sentimiento religioso, han asistido al Santo sacrificio de la Misa dedicada por el eterno descanso de aquel hombre justo… Desde el Templo, y en procesión cívica, se trasladó la comitiva a la Calle del Egido, esquina de la Casa Ayuntamiento, en cuyos muros y dando frente a la mencionada Calle, se encontraba previamente colocada una preciosa lápida en cuyo centro aparece una inscripción que dice: “Calle del Padre Manjón” y además en una orla que contiene enlazando dos columnas dice “Ave María”, la primera palabra a la izquierda y la segunda a la derecha y en la parte inferior, enlazadas, las letras A y M.

Los niños y niñas de las Escuelas públicas entonaban distintos cánticos, dedicados a la memoria del Padre Manjón por sus dignos Profesores Don Enrique Díaz Salmerón y Doña Pilar Martínez Cobos y sin demora hicieron uso de la palabra ensalzando las virtudes y méritos del inolvidable Maestro los Sres. Enrique Díaz Salmerón, Maestro Nacional, Don Juan Molina Romero, inspirador y entusiasta organizador de este homenaje, y Don Juan Sánchez Salinas, Cura Párroco de esta Villa.

El Sr. Alcalde… dirigió la palabra al pueblo y destapando la lápida del paño que la cubría, terminó diciendo: “Esta Calle se llamará desde hoy ‘Calle del Padre Manjón’ en homenaje a sus virtudes y por haberla dedicado el pueblo de Galera a su memoria”

Los niños y las niñas siguieron cantando preciosos himnos y seguidamente, a las puertas del Ayuntamiento, se les obsequió con paquetes de dulces, efectuándose a continuación un abundante reparto de pan a los pobres, con lo cual se dio por terminado el acto…”

Hasta los gastos que ocasionó este cambio en el nombre de la calle nos han llegado mediante las oportunas facturas. Para satisfacer la curiosidad de los interesados, ofrecemos este último documento:

LIQUIDACIÓN de los Ingresos y Gastos habidos con motivo del homenaje al gran Pedagogo Don Andrés Manjón y Manjón.

INGRESOS Pesetas Cts.

Por donativo del Ayuntamiento 050 00

Por suscripción popular 187 40

Total de Ingresos 237 40

GASTOS

Dos lápidas pequeñas 015 00

Una lápida grande 050 00

Portes de las lápidas 001 10

Albañiles y yeso colocarlas 013 50

Adorno y flores de lápidas 002 50

150 cartuchos de dulces para los niños 060 00

Portes y viaje para traerlos 005 00

5 fanegas de pan para los pobres 070 00

3 docenas de cohetes 008 50

1 telegrama para pedirlos 001 00

Al campanero y acólitos 005 005

Por hacer varias citaciones 005 00

Para la Conferencia de San Vicente 000 80

Total de gastos 237 40

Galera, 13 de Octubre de 1923

Por la Comisión Organizadora

El Tesorero,

Juan Molina

1 Del santísimo Cristo, encargada por Pedro Cabezas a un desconocido imaginero de Úbeda.

2 El Acalde, don Mamerto Pérez Cañas.

3 Véase lo dicho sobre este nombre en el apartado correspondiente a la calle Cervantes.

4 Dicho de un testigo: Que declara lo mismo que ha declarado otro, sin discrepar en nada. (Diccionario de la RAE)

5 Lo que nos autoriza a afirmar que también hubo repique de campanas.

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