LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN DE LA CABEZA EN GALERA – Notas sobre su historia y cultos
A consecuencia de la destrucción del Archivo Parroquial de Galera en el mes de agosto de 1936 una vez iniciada la Guerra Civil, no nos es posible conocer muchos de los aspectos históricos que expliquen la llegada a nuestro pueblo de la devoción a la Virgen María en su advocación de la Cabeza.(1)
Ello implica desconocer así mismo los detalles de la construcción de su ermita en lo alto del cerro que, desde esa época, lleva su nombre. No obstante, algún dato sí que nos ha llegado gracias a la historia manuscrita e inédita que en las primeras décadas del siglo XVIII escribió el sacerdote don Marcelino Fernández, natural de esta villa y beneficiado de su Parroquia.
De esta manera cuenta nuestro historiador local la erección del santuario y la creación de la primera Hermandad relacionada con este culto:
“Paso a decir que la Virgen de la Cabeza se fundó su Ermita donde estaba el fuerte de Galera. (2) Los pocos vecinos que había en 1572 sabían que a media legua de ésta está fundada la Ermita de la Virgen de la Cabeza de Orce (3)… y prosigo diciendo que los moradores de esta ciudad concurrieron con los vecinos de Orce a celebrar la fiesta de Nuestra Señora, no por cofradía, sino por amistad. Pero en el 1665, holgándose los vecinos de ambas Villas tuvieron no sé qué desazón y principiaron a desunirse. Y siendo Alcaldes Bartolomé Fernández, mi abuelo, y Blas Sánchez (4) determinaron que se fundara una Ermita con el título de la Cabeza y se juntaron 22 hermanos que principiaron a hacerla y tiene ocho varas en cuadro y la imagen la trajeron de Granada…”
En otra parte de su obra, Fernández aporta la siguiente información cuando describe las características del castillo que culminaba el cerro:
“… el grueso de sus paredes tiene vara y media en los cimientos del dicho castillo; había un aljibe de ocho varas de ancho en cuadro para recoger agua llovediza para el gobierno de aquel barrio, el que parte de él tengo registrado por el motivo de obrar el aumento de una ermita con el título de la Cabeza el año de 1732, cuya ermita está en el mismo sitio del castillo y contiguo a él como tres varas encontré una alberca pequeña, nueva, como si estuviera acabada de fabricar, que al parecer servía para bañarse…”
La Hermandad de la Virgen de la Cabeza debió de arraigar pronto y, como prueba de ello, tenemos documentada la celebración de procesiones con la imagen titular. Habla don Marcelino Fernández otra vez:
“Fuera del castillo, entre medias de la muralla y de dicho castillo, había una pared, también de hormigón, del grueso de dos tercias de ancho, que servía de cerca al castillo y partía dos calles alrededor de él; pues yo mandé derribar un lienzo de dicha pared para hacer calle que sirviera a la procesión de Ntra. Sra. de la Cabeza…”
Igualmente, y como señal del esplendor que debió alcanzar esta asociación religiosa mariana, referimos un acuerdo tomado por el Concejo de la villa en su sesión del 15 de enero de 1737. En él, se pide renovar el “repuesto de pólvora” de que dispone la Corporación a la vez que se autoriza a quienes están encargados de ella a “deshacerla al precio de cuatro reales la fina y a tres reales la de munición” para de esta manera “animar a los vecinos a hacer las fiestas de soldadesca de san Antonio Abad y de la Madre de Dios de la Cabeza el último domingo de abril”. No puede estar más claro que hay una celebración de fiestas de moros y cristianos en Galera en dos ocasiones al año: con motivo de las fiestas de San Antón y en la festividad de la Virgen de la Cabeza finalizando el mes de abril, como sucede todavía en localidades como Cúllar, Benamaurel y Zújar, por poner un ejemplo de poblaciones cercanas. En nuestro caso, lamentablemente, ambas han desaparecido.
Hasta 1824 no tenemos más noticias sobre la ermita y las que nos llegan no son buenas. En este año, publica en Almería Juan Bautista Solsona, “primer médico honorario de los reales ejércitos” su obra EXAMEN DE LAS AGUAS MEDICINALES QUE SE HALLAN EN EL REINO DE GRANADA. En el recorrido que hace de las localidades donde hay manantiales de estas características, llega a Galera y estudia la Fuente Hedionda y otras más. Además, describe los pueblos por los que pasa y así es como nos presenta a Galera:
“Galera a está a una legua de Orce; y como este pueblo se hizo tan fuerte, cuando la rebelión de los moriscos, que su conquista tiene mucho lugar en la historia, espero se me disimule si me estiendo (sic) algo más en su descripción… Caminando río arriba la derecha de éste (5) se descubre una escabrosa ladera, y en su base algunas cuebas (sic) y casas como colgadas, que con la presencia de la torre, indican que Galera está debajo entre árboles y frondosidad. También se divisa en lo más alto a la parte del sur la hermita (sic) de la Virgen de la Cabeza, que han abandonado en estos últimos años.”
Este abandono fue temporal, ya que en el siglo siguiente, concretamente en 1920, la ermita está dotada de las siguientes imágenes y objetos de culto, según reza en el Inventario enviado al Obispado por el Párroco de Galera el 31 de julio de dicho año:
“La imagen de talla con su niño; altar con todo lo necesario para celebrar la Sta. Misa a cargo de Rosenda García Domingo.
Es copia del original que se conserva en esta parroquia y para dar cumplimiento a lo dispuesto por el Excmo. Sor. Obispo de esta Diócesis, remito la presente a la Secretaría y Gobierno, sellado con el de esta parroquia, de que certifico. Galera treinta y uno de julio de mil novecientos veinte. Licdo Juan Sánchez”.
Dieciséis años más tarde estas imágenes y demás objetos -junto con el resto de los existentes en la Parroquia- fueron destruidos en la contienda civil a la que aludíamos al principio. Don Juan Molina Romero, ilustre vecino de la villa, narra con estas palabras, escritas en 1946, los hechos:
“Así llegaron las cosas hasta que la perversión de buena parte de las gentes, por la proclamación de la república y estensión (sic) de las erróneas y condenadas ideas de comunismo, socialismo, marsismo (sic), etc., dieron por fruto la persecución religiosa y ya el año 1935 fue la última procesión (6); pues el verano de año 1936 quedó este pueblo en la zona roja… (y) habiendo en los templos de este término municipal Sesenta imágenes de talla espuestas (sic) al culto y no habiendo quedado ni el más pequeño vestigio de ellas…”
Pero, volviendo a los años veinte del siglo pasado, encontramos un documento referido a la ermita de la Virgen de la Cabeza y fechado el dieciocho de diciembre de 1922. Se trata de la inscripción en el amillaramiento de este municipio a nombre de la Parroquia de
“Una Ermita de un solo piso con una habitación en la calle Alta Remendado nº 29 bis, con destino al culto católico con una superficie de 98 metros cuadrados y que linda a todos los vientos con el Cerro llamado de la Virgen, teniendo entrada al Norte.”
Unos años antes de 1993, la Hermandad decidió construir, adosado a la pared sur de la ermita, un pequeño almacén para guardar en él los enseres que habitualmente no se utilizan en el espacio destinado al culto. Es de medianas dimensiones, ocupando un espacio menor que el del santuario.
Finalmente, hay que reseñar que en la madrugada del 2 al 3 de agosto de 2014 tuvo lugar un incendio -se desconoce si intencionado o no- que afectó considerablemente a la parte inferior de la hoja izquierda de las puertas de acceso al edificio, sin que hasta la fecha se haya reparado el boquete que se produjo en ella.
LA NUEVA HERMANDAD DE LA VIRGEN DE LA CABEZA
Ignoramos cuándo desaparecería la primitiva Hermandad de la Virgen de la Cabeza que menciona en su Historia de Galera don Marcelino Fernández, pero debió de ser pronto, ya que no dejó rastro alguno sobre su actividad, salvo lo que refiere este sacerdote. Pese a la ausencia de una cofradía que sirviese de soporte espiritual a esta devoción, nunca se olvidaron los cultos a la Virgen de la Cabeza, aunque hubiese altibajos temporales en su celebración.
En los primeros años setenta del siglo XX, la encargada de facto y animadora de estas actividades era Dª Ana Caracuel Molina, comadrona natural de Motril, que residió en Galera desde el inicio de su carrera hasta su jubilación. Por esas fechas, aprovechando un momento de resurgimiento de los actos en honor de la titular de la ermita, dos vecinas de la localidad, Dª Rosario Carayol García y Dª Ascensión Jiménez Serral, propusieron a quienes diariamente se congregaban en el mes de mayo para el rezo de “las flores” en el santuario la creación de una Hermandad. La idea prendió con entusiasmo y pronto se organizó un nutrido grupo de mujeres (7) que constituyó la agrupación en torno a la devoción a la Virgen de la Cabeza.
Con mucho esfuerzo, se fueron recaudando fondos para hacer frente a las necesidades materiales que presentaba el edificio: pavimentación del suelo, dotación de bancos de madera para cubrir todo el espacio de la ermita, construcción de un pequeño almacén adosado al edificio para guardar en él los enseres necesarios -pero no propios del culto-, electrificación, limpieza, adecentamiento de la placeta que da acceso al edificio, colocación de una barandilla metálica como elemento protector para evitar accidentes por caídas en la zona más peligrosa del cerro. Por estas fechas, una devota, Dª Isidora Martínez Torres, adquirió y donó la bella imagen que actualmente preside la ermita.
Finalizado el mes de mayo, y con él “las flores”, el día 1 de junio tiene lugar el ofrecimiento de todo lo realizado en el mes anterior. Para ello, se baja la imagen de la Virgen en procesión a la iglesia parroquial. Allí se desarrollan otros cultos, tales como quinario, septenario o novenario. Al concluir estos, el día 9 de ese mismo mes -en recuerdo de la serie terremotos que se inició precisamente ese mismo día del año 1964, sufridos por la población sin recibir daño- una nueva procesión devuelve la imagen a su ermita.
1 “La devoción mariana en su advocación de la Cabeza se difunde por gran parte de la mitad Este de Andalucía. Precisamente nuestra comarca viene a ser el límite oriental de dicha área. Benamaurel, Cúllar, Huéscar, María, Orce y Zújar son los pueblos, que junto con el nuestro, adoptaron en uno u otro año de este siglo XVII o del anterior la festividad de la Virgen de la Cabeza y en todos ellos existen ermitas y celebraciones más o menos importantes” (GALERA. TREINTA CINCO SIGLOS DE HISTORIA. Jesús Fernández Fernández y Jesús Mª García Rodríguez)
2 Naturalmente, se refiere a la Galera medieval, que por tantas vicisitudes hubo de pasar en aquel ajetreado período de constantes enfrentamientos entre cristianos y musulmanes. En 1488 se entregó definitivamente a los Reyes Católicos y permaneció como tal población en la cima del cerro -llamado de la Virgen a partir de la edificación de la ermita- hasta febrero de 1570 tras asediarla, asaltarla y destruirla el ejército real al mando de don Juan de Austria.
3 Donde se encuentra aún, pero con una nueva edificación, levantada en los años sesenta del siglo XX, ya que la anterior se había destruido con el paso del tiempo.
4 Ambos, alcaldes ordinarios de Galera simultáneamente, pues en esa época el gobierno municipal estaba constituido por un Alcalde Mayor, dos Alcaldes ordinarios y varios regidores más.
5 En realidad, el recorrido que hace el autor hasta llegar a Galera es partiendo de Benamaurel. Por eso da lugar a confusion el que diga que Galera está “caminando río arriba” cuando ha citado anteriormente a Orce.
6 Con la imagen del Stmo. Cristo de la Expiración. El subrayado de la palabra Sesenta es original.
7 Aunque no está expresamente indicado que tiene que ser así, esta Hermandad está compuesta totalmente por mujeres.
CELEBRACIÓN DE “LAS FLORES”
Al parecer, la celebración de ciertos actos religiosos en el mes de mayo en honor de la Virgen es una costumbre antiquísima que puede tener su origen en las que tenían lugar entre los ciudadanos de la Roma pagana.
Son muchos los lugares que conservan esta costumbre y la Hermandad de la Virgen de la Cabeza de Galera también la practica. Incluso antes de la refundación de esta asociación, a la que hemos alusión anteriormente, los devotos de la Virgen subían durante todo el mes de mayo a la centenaria ermita, año tras año, a rendirle este homenaje a la madre de Dios. La ceremonia se desarrolla de la siguiente manera:
1. OFRECIMIENTO
¡Oh, María, Señora y madre mía, dame gracias para rezar devotamente vuestro santísimo Rosario. Os lo ofrezco por el triunfo de la Santa Iglesia, la paz del mundo, proteger al Papa, la conversión de los pecadores, los agonizantes y en sufragio de las almas del Purgatorio.
Madre Inmaculada, vida de mi amor,
haz que tu Rosario nos conduzca a Dios.
2. REZO DEL ROSARIO
3. ORACIÓN ANTES DE LA LECTURA (I)
Venid, amantes hijos,
con flores de alegría,
con flores a María,
que Madre nuestra es.
De nuevo aquí nos tienes,
Purísima doncella
más que la luna bella,
postrados a tus pies.
Venimos a ofrecerte
flores del bajo suelo
con cuanto amor y anhelo,
Señora, tú lo ves.
Con ellas presentamos
para alcanzar tus dones
rendidos corazones,
si bien ya los posees.
Jamás tu amor consienta
que en este triste mundo
fiero cuan mal profundo
sufran algún revés.
No solos, ¡ay!, los dejes,
no solos surcando
porque sin ti luchando
darán vuelta al través.
Gobierne el frágil leño
tu brazo poderoso
y siempre hasta el dichoso
puerto velando estés.
Y si a tus dulces ojos
hoy nuestras flores placen,
las que en la Gloria nacen
en premio tú nos des.
4. ORACIÓN ANTES DE LA LECTURA (II)
¡Oh, Santísima Virgen María, madre de Dios y madre nuestra! ¡Oh Paraíso del nuevo Adán sin serpiente! ¡Oh, Lirio de los valles, Azucena sin mancha, Flor sin espinas, Rosa mística! ¡Oh, Flor de Jesé, Palma de Cadés, Cedro del Líbano! ¡Oh, Flor de todas la virtudes y Árbol de todas las gracias, cuyo dulcísimo fruto es nuestro Señor Jesucristo.
Siempre te amamos, siempre te invocamos, pero especialmente en este mes de las flores, que dedicamos a tu amor.
Haz que en nuestras almas florezcan todas las virtudes y fructifique nuestro Señor Jesucristo en gracia y santidad y pues eres fuente de gracia pura, no permitas que se sequen jamás en nuestras almas la flor de tu devoción y el fruto del amor a Jesucristo, tu hijo, amén.
5. LECTURA CORRESPONDIENTE AL DÍA
6. DESPUÉS DE LA LECTURA DEL DÍA
Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro socorro y reclamando vuestro auxilio, haya sido desamparado de Vos.
Animado con tal confianza, acudo a Vos, oh Virgen madre de las vírgenes, a Vos vengo, delante de Vos me presento diciendo: No queráis, oh Madre, despreciar mis palabras; antes bien oírlas y cumplirlas. Amén.
7. JACULATORIA
¡Oh, María, sin pecado concebida,
rogad por nosotros, que recurrimos a Vos.
8. ORACIÓN
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan preciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía,
morir sin tu santa bendición.
Amén.
9. CÁNTICO
¡Viva la Virgen de la Cabeza,
viva la Virgen de la Cabeza,
que aquí en la ermita tiene su altar
y reine siempre triunfante Cristo,
aquí en Galera, noble y leal!
Siempre seremos tus fieles hijos,
Nuestra abogada siempre serás
Y con tu ayuda perpetua
siempre derrotaremos a Satanás.
¡Viva la Virgen de la Cabeza,
viva la Virgen de la Cabeza,
que aquí en la ermita tiene su altar
y reine siempre triunfante Cristo,
aquí en Galera, noble y leal!
De ti esperamos, Madre querida,
perseverancia siempre en tu amor.
Eres camino para ir al Cielo,
lleva a nuestra alma a gozar de Dios.
10. CÁNTICO
¡Qué hermosa sois, mi madre Inmaculada!
El mismo Dios formó tan gran verdad.
Te viste el sol, tus pies calza la luna,
de siete estrellas coronada estás.
¡Ay!, tiéndeme oh, Madre, una mirada.
De paz, de amor, llena mi corazón
y con la fe que tu gracia me inspira,
te ensalzaré tu pura Concepción.
¡Ay!, tiéndeme oh, Madre, una mirada.
De paz, de amor, llena mi corazón
y con la fe que tu gracia me inspira,
te ensalzaré tu pura Concepción.
11. CÁNTICO
Salve, Madre,
en la tierra de mis amores
te saludan los cantos
que alza el amor.
Reina de nuestras almas,
Flor de las flores,
Muestra aquí
de tu gloria los resplandores,
que en el Cielo tan sólo te aman mejor.
Virgen santa, virgen pura,
vida, esperanza y dulzura,
del alma que en ti confía,
Madre de Dios, Madre mía,
mientras mi vida alentare,
todo mi amor para ti.
Mas si mi amor te olvidare,
Madre mía, Madre mía,
mas si mi amor te olvidare,
tú no te olvides de mí.
12. CÁNTICO
Venid, a la Madre de Dios
traedle del verde pensil,
volando con alas de amor,
las flores de mayo y abril.
Venid, a la Madre de Dios
traedle del verde pensil,
volando con alas de amor,
las flores de mayo y abril.
13. CÁNTICO
Eres más pura que el sol,
más hermosa que las perlas
que ocultan los mares.
Ella sola entre tantos mortales
del pecado de Adán se libró.
Salve, salve, cantad a María,
que más pura que tú, sólo Dios.
Y en el Cielo una voz repetía:
Más que tú, sólo Dios, sólo Dios.
14. CÁNTICO
Purísima Virgen mía,
tierna Madre Inmaculada,
alegría de los Cielos
y de Dios la más amada.
¡Oh, Virgen!, en este día
vengo a consagrarme a ti
porque solamente quiero
siempre a tu lado vivir,
porque solamente quiero
siempre a tu lado vivir.
15. CÁNTICO
¡Oh!, bendito el Señor, que en la tierra,
limpia y pura, se pudo formar.
Como forma el diamante en la sierra,
como cuaja la perla en el mar,
como cuaja, como cuaja,
como cuaja la perla en el mar.
Válgame qué nube nuestra melodía,
vamos a cantar flores a María.
¡Oh!, bendito el Señor, que en la tierra,
limpia y pura, se pudo formar.
Como forma el diamante en la sierra,
como cuaja la perla en el mar,
como cuaja, como cuaja,
como cuaja la perla en el mar.
Venid y vamos todos con flores a porfía,
con flores a María, que Madre nuestra es.
Venid y vamos todos con flores a porfía,
con flores a María, que Madre nuestra es
A ofrecerte venimos
las flores del bajo suelo
con tanto amor y anhelo,
Señora, tú lo ves.
Señora, Señora,
Señora, tú lo ves.
16. CÁNTICO
Más casta y pura que la mañana.
La luz primera que anuncia el sol.
Eres, María, Madre adorada,
dulce esperanza del pecador.
Eres, María, Madre adorada,
dulce esperanza del pecador.
17. CÁNTICO
Sálvame, Virgen María,
óyeme, te imploro con fe.
Mi corazón en ti confía.
Virgen María, sálvame, sálvame.
Acuérdate de la hora
en que te nombró Jesús
mi madre y mi protectora
desde el árbol de la cruz.
Sálvame, Virgen María,
óyeme, te imploro con fe.
Mi corazón en ti confía.
Virgen María, sálvame, sálvame.
Yo pequé, confieso y lloro.
Mil infiernos merecí.
Tu misericordia imploro.
Madre, apiádate de mí.
Sálvame, Virgen María,
óyeme, te imploro con fe.
Mi corazón en ti confía.
Virgen María, sálvame, sálvame.
18. CÁNTICO
Si el alma yo pierdo,
tu amor yo perdí.
No quiero, Señora,
quedarme sin ti.
Qué importa ganar
riquezas y honores
y en lecho de flores
poder descansar
si el mundo has de dejar.
Me apartó de ti.
Si el alma yo pierdo,
tu amor yo perdí.
No quiero, Señora,
quedarme sin ti.
19. CÁNTICO
Mientras recorres la vida,
tú nunca solo estás:
Contigo por el camino
Santa María va.
Ven con nosotros al caminar,
Santa María, ven.
Ven con nosotros al caminar,
Santa María, ven.
Aunque te digan algunos
que nada puede cambiar,
lucha por un mundo nuevo,
lucha por la verdad.
Ven con nosotros al caminar,
Santa María, ven.
Ven con nosotros al caminar,
Santa María, ven.
Si por el mundo los hombres
sin conocerse van,
no niegues nunca tu mano
al que contigo va.
Ven con nosotros al caminar,
Santa María, ven.
Ven con nosotros al caminar,
Santa María, ven.
Aunque parezcan tus pasos
inútil caminar,
tú vas haciendo caminos.
Otros los seguirán.
Ven con nosotros al caminar,
Santa María, ven.
Ven con nosotros al caminar,
Santa María, ven.
20. CÁNTICO
En mayo estamos,
hermosa Madre,
porque tu Rey
te consagró.
Con el fin vengo
de acompañarte
y de brindarte
flores de amor.
De las flores más hermosas
que en el jardín he encontrado,
un bello ramo he formado
para ti, Madre de amor.
En mayo estamos,
hermosa Madre,
porque tu Rey
te consagró.
Con el fin vengo
de acompañarte
y de brindarte
flores de amor.
Flores te ofrezco
para tus sienes,
que con espinas
Dios coronó
y en ellas brilla
la luz constante
y así, amándote,
las flores son.
En mayo estamos,
hermosa Madre,
porque tu Rey
te consagró.
Con el fin vengo
de acompañarte
y de brindarte
flores de amor.
21. CÁNTICO
Siento al mirarte,
oh, Madre Inmaculada,
siento en mi alma
deseos de llorar,
pues refleja en tu mirada
que me amáis
de un modo muy especial.
Gracias mil veces
por tanto amor.
Recibe a cambio
mi pobre corazón.
22 CÁNTICO
Cuando de mi patrona
subo a la ermita,
se me hace cuesta abajo
la cuesta arriba.
Y cuando bajo
y cuando bajo,
se me hace cuesta arriba
la cuesta abajo.
No sé, no sé qué tiene
mi Virgencita,
no sé, no sé qué tiene
cuando me mira,
que son sus ojos
son dos luceros.
¡Ay, quién pudiera siempre
mirarse en ellos!
23. CÁNTICO
El trece de mayo
la Virgen María
bajó de los Cielos
a Cova de Iría.
Ave, ave, ave, María.
Ave, ave, ave, María.
Haced penitencia,
Haced oración.
Por los pecadores
implorad perdón.
Ave, ave, ave, María.
Ave, ave, ave, María.
Los tres pastorcillos,
la Madre de Dios
resuelve el misterio
de su corazón.
Ave, ave, ave, María.
Ave, ave, ave, María.
24. CÁNTICO
¡Oh, María,
Madre mía,
Oh, consuelo
del mortal.
Amparadme
y guiadme
a la Patria
Celestial!
25. SALVE DE LA VIRGEN DE LA CABEZA
Dios te salve, Virgen pura,
poderosísima Reina,
Madre de misericordia,
de virtud y gracia llena,
vida y dulzura, en quien vive
toda la esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos,
gimiendo, los hijos de Eva,
a ti, Madre, suspiramos,
llorando indecibles penas
en este tan triste valle
de lágrimas y miserias.
Ea, pues, dulce Señora,
por siempre abogada nuestra,
te pedimos que tus ojos
benigna a nosotros vuelvas
y, después de este destierro,
que Jesús nuestra alma vea.
Jesús, fruto de tu vientre
Y del Cielo hermosa perla,
oh, Señora clementísima,
por nosotros a Dios ruega
para que seamos dignos
de alcanzar la gloria eterna.
26. CÁNTICO
Tomad, Virgen pura,
nuestros corazones.
No nos abandones,
jamás, jamás.
No nos abandones,
jamás, jamás.
Mil querubes bellos
orlan tu dosel.
Quiero estar con ellos,
Virgen, llévame.
Contigo en el Cielo,
colmado mi anhelo,
¡qué feliz seré!
Tomad, Virgen pura,
nuestros corazones.
No nos abandones,
jamás, jamás.
No nos abandones,
jamás, jamás.
27. CÁNTICO
Adiós, Reina del Cielo,
Madre del Salvador,
dulce prenda dorada
de mi sincero amor.
Adiós, oh Madre mía,
Más pura que la luz.
Jamás, jamás me olvides
delante de Jesús.
De tu divino rostro
la belleza al dejar,
permíteme que vuelva
tus plantas a besar.
Al dejarte, oh, María,
no acierta el corazón.
Te lo entrego, Señora.
Danos tu bendición.
Adiós, hija del Padre,
Madre del Hijo, adiós.
Del Espíritu Santo,
Oh, casta esposa, adiós.
28. CÁNTICO
Adiós Madre querida,
dulce prenda del amor.
Adiós, Madre querida,
adiós, adiós, adiós, adiós, adiós.
Adiós, Reina del Cielo,
Madre del Salvador.
Adiós, dulce consuelo
de mi sincero amor.
Sois Lirio de pureza,
Rosa de caridad,
prodigio de belleza,
dechado de humildad.
Sois terror del infierno,
Del preso la libertad.
Sois salud del enfermo,
Sois Madre de piedad.
Ya confiesa a María
la Iglesia universal
que fuisteis concebida
sin culpa original,
sin culpa original.
29. CÁNTICO
Para adornar tu santuario
voy a ofrecer la mejor flor
y para ti, mi dulce Madre,
yo te daré mi corazón.
Tristes, tus hijos te dejan,
Madre hermosa del amor,
y a tus plantas te ofrecemos
alma, vida y corazón.
Adiós, María, adiós, adiós.
Ruega por mí, adiós, adiós,
Que el alma mía te dejo aquí.
Adiós, María, ruega por mí,
que el alma mía te dejo aquí.