Jesús Mª García Rodríguez

Cronista Oficial de la Villa Galera e Hijo Predilecto

La amenaza que se rumoreaba hace unas semanas se ha consumado. Los yacimientos del Castellón Alto y la necrópolis ibérica de Tútugi (la más extensa de España) han sido condenadas al cierre por la Junta de Andalucía, ambos declarados Bien de Interés Cultural y ambos visitables y explicados por guías. ¿La causa? El cierre del “grifo” que mantenía cuatro puestos de trabajo y una oferta cultural de alta significación para miles de visitantes al año.

La inexplicable decisión va a impedir a más de 7000 de ellos disfrutar de estos espacios históricos, habrá que mandar al paro a cuatro personas y renunciar a bastante más de dos millones de euros invertidos en estos lugares de alto interés cultural. La Junta de Andalucía tiene que dar explicaciones por esta decisión arbitraria, dictatorial y retrógrada.

La cosa, para que el lector comprenda la trascendencia que tiene, necesita una explicación.

En 1982, de manera fortuita, apareció en el llamado Castellón de Arriba, a sólo kilómetro y medio del casco urbano de la población, un asentamiento perteneciente a la Cultura Argárica, que fue excavado y restaurado durante varias campañas. En la última de ellas, se descubrió en la sepultura 121 la llamada “Momia de Galera”, la segunda más antigua de Europa. Este aporte de información tan privilegiado originó que, por Decreto 103/1996 de 12 de marzo (BOJA núm. 93 de 13 de agosto), se declarase “Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica…”

Por lo que se refiere a la necrópolis ibérica, conocida desde su primera excavación hace ahora cien años, se han realizado en ella varias campañas de re-excavación y restauración, así como la edificación de su propio Centro de Visitantes, entre 2000 y 2012. Como resultado de estas investigaciones, la doctora María Oliva Rodríguez-Ariza ha publicado el libro LA NECRÓPOLIS IBÉRICA DE TÚTUGI (2000-2012), el cual aporta interesantísimas conclusiones, que habían pasado desapercibidas a sus primeros excavadores.

Como complemento y depósito del material recuperado, en julio de 2001, y en una antigua capilla -propiedad el Obispado de Guadix y cedida gratuitamente durante 25 años- se inauguró el Museo Arqueológico Municipal de Galera. Además de los materiales arqueológicos, incluida la “Momia de Galera” expuesta en una vitrina especial, destacan los paneles informativos de todo el desarrollo cultural de este término, más de tres veces milenario.

Este “paquete” ha enriquecido la fenomenal oferta turística de la comarca de Huéscar, a la que pertenece Galera, con las lógicas repercusiones culturales y económicas que ello representa.

Desde 2002 hasta la fecha, el Ayuntamiento de Galera ha apostado por destinar considerables inversiones en este capítulo, que podía haber consignado a otros usos, todas ellas procedentes de varias administraciones nacionales y autonómicas. Para resumir, hay que señalar que sólo en la necrópolis se ha invertido la respetable cantidad de 1.117.231’37 €. En esta cantidad no están incluidas las que se destinaron a las campañas de excavación en el Castellón Alto, que fueron varias y muy prolongadas algunas de ellas, entre 1983 Y 2002.

Para el funcionamiento y rentabilización de los tres centros, se crearon cinco puestos de trabajo -conservador, guías y mantenimiento-, de los cuales están financiados cuatro de ellos gracias al Convenio que anualmente se ha firmado entre el Ayuntamiento y la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, al no tener el primero capacidad económica para afrontar estos gastos. En marzo de 2010, por ejemplo, el monto total que se concede es de 70.000 €, que desciende el año siguiente a 45.000 €.

Y hoy, 16 de mayo de 2021, el Ayuntamiento se ha visto en la obligación de cerrar “sine die” estos lugares, que constituyen unos de los signos de identidad de este pueblo, más de tres veces milenario, abolengo del que muy pocos pueden presumir.

Pese a los razonamientos, basados en el disparate de obviar toda esta infraestructura, que ya anda por sí sola, que cada año recibe más visitantes, que ofrece un altísimo y escaso producto cultural -como en repetidas veces han proclamado a boca llena los representantes de la administración autonómica-, que es uno de los pocos recursos con que cuenta la comarca más deprimida de Andalucía, que ostenta la máxima categoría de su clase… pese a todo ello, el máximo responsable de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales ha firmado la sentencia.

A todo esto que se ha perpetrado contra nuestra comarca -de cuyo desarrollo global o retraso nos beneficiamos o nos perjudicamos todos los que aquí vivimos- se tiene que añadir uno más a los males que la aquejan desde siempre: 1) clima adverso, 2) lejanía de cualquier centro económico importante, 3) descenso progresivo de la población, 4) atraso secular frente a otras zonas más favorecidas las administraciones, 5) falta de iniciativas de emprendedores…

Ahora nos amenaza el factor número 6, que es el desprecio y el abandono de aquellos a quienes se les llena la boca de palabras como ‘pueblo’, ‘cultura’, ‘igualdad’… cuando en el horizonte se atisban elecciones y en ellas se juegan si se les abren o se les cierran los acogedores despachos y los mullidos sillones del omnímodo poder.

De mi parte, y creo que de la de todos los galerinos, el más rotundo rechazo a esta nefasta, aciaga, funesta, adversa y demoledora decisión de la Junta de Andalucía.