DOMINGO DE RESURRECIÓN, DE LA TINIEBLA A La LUZ

Con el recuerdo aún de la Vigilia Pascual, que había tenido lugar la víspera con la celebración más larga de toda la liturgia católica, el Domingo de Resurrección supuso el despertar de la pesadilla de la muerte para arribar a la luminosa playa de la Pascua.

La noche anterior, con cerca de un centenar de fieles, la ceremonia se extendió a lo largo de dos horas, culminando pasada la 1 de la madrugada. La Parroquia, en un gesto simbólico en consonancia con todos los que se habían desarrollado a lo largo de esta Vigilia, ofreció a los fieles asistentes una colación en las dependencias anejas al templo.

La misa del Domingo de Resurrección, con la participación del Coro Parroquial, tuvo todas las características de estas conmemoraciones, en las que se destaca el triunfo de la luz frente al dominio de la oscuridad.

Concluida la misa, se inició una procesión con la imagen del Cristo Resucitado, en la que participó activamente la Hermandad del Stmo. Sacramento y un considerable grupo de fieles, con lo que se da por finalizada la Semana Santa.

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