DESCRIPCIÓN, POR ORDEN GEOGRÁFICO, DE LAS SEPULTURAS DE LA NECRÓPOLI DE TÚTUGI Y DE SUS AJUARES RESPECTIVOS

Cabré y Motos 100

XXV

En la colección Motos figuran varios lotes de cerámica, que proceden del lado izquierdo de la cañada de los Metros, cuyo hallazgo, según los primeros apuntes redactados al tiempo de hacerse la exploración, fueron de la manera siguiente:

1º. “Frente a las anteriores sepulturas, en el lado izquierdo de la cañada y también en la base del corte de uno de los acantilados, se excavó otro sepulcro, siendo su construcción y dimensiones como en los anteriores; tenía su interior enlucido con lechada de yeso de notable blancura y un zócalo con unas franjas de color rojo fuerte. En el centro de la cámara se encontraban los vasos de mayor tamaño, designados a guardar los huesos incinerados, y junto a ellos, diversos trozo de cobre que, aunque bastante deteriorados, pude apreciar pertenecieron a pequeños calderos y sítulas, y entre las tierras se hallaron varias cuentas de vidrio verde. Las demás vasijas que completaban el ajuar, bastante numeroso por cierto, puesto que entre todas ascendían a veinticinco, estaban colocadas en forma bastante original; la parte Oeste de la sepultura, cavada junto al acantilado, la constituye por diversas capas dd sedimentación de arcilla y sulfato de cal, perfectamente paralelas, pero de distinta consistencia, que por el corroimiento de las más flojas hacen resaltar las más fuertes, formando especies de tableros o vasares que enlucieron con yeso, siendo el sitio que ocupaban los demás vasos, colocados en perfecto orden, que unido al buen estado de conservación de todo ello, hacía la ilusión del abandono reciente de aquellos enseres”

En esta sepultura había: una vasija en forma cilíndrica y una urna cineraria de barro muy fino de color rojo bastante fuerte y con la particularidad de conservar tres lañas de plomo de la época; ambas fueron pintadas con líneas circulares, con zis-zás, semicírculos y tercios de ellos (véase reproducido en la lámina XVI, número 24 y 29), una vasija esférica con su plato tapadera sin pintar; un tarrito con líneas circulares, verticales, franja con semicírculos enlazados y rosetas entre las verticales (lámina XVI, número 19); seis pequeñas vasijas, dos de ellas romanizadas, con asa a partir del borde superior,; un jarrito de barro fino de color rojo y oscuro el gollete y con dos asas; tres platos, de los cuales uno es de la misma cerámica qu el anterior jarrito, y dos son de barro indígena; siete platos campanianos, viéndose en la base de uno de ellos una especie de M grafiada; un tarrito esférico y de base ancha, campaniano; un jarrito de doble asa, campaniano; una vasijilla con líneas circulares en rojo y con dos letras O R, grabadas (lámina XVI, número 40); un vaso de fabricación de Acco, en forma de tulipa, de color rojizo por dentro y pardo por fuera, con relieves a modo de tallos, y un pondus cuadrilátero.

2º. “Muy cerca de la anterior sepultura se puso de manifiesto otra, de tamaño y disposición como la inmediata, con ajuar abundante. El centro de la cámara lo ocupaban tres vasijas, dos de ellas pintadas con líneas circulares, semicírculos y estampaciones; todas cubiertas con grandes platos, y las tres conteniendo huesos quemados, y una sola un pendiente de oro de forma de morcilla y otra dos anillos lisos de bronce o cobre; alrededor de las urnas se encontraron lanzas, una espada falcata y trozos de cobre al parecer de vasijas, pero todo pésimamente conservado por el salitre del terreno.

En los ángulos de la cámara correspondientes al fondo, o sea en los excavados en el acantilado, estaba el resto del ajuar, consistente en una urnita esférica sin pintar; otra ídem con líneas circulares en rojo (lámina XVI, número 12); cuatro vasitos, de los cuales uno tiene una franja de hiedra pintada en rojo (lámina XVI, número 20); un tarrito de cuello y boca estrecha del mismo tipo que el de la lámina antes citada (número 17); un vasito cilíndrico, de tres centímetros de altura por cuatro de anchura máxima, campaniano; un plato también campaniano, el cual mide ocho centímetros de diámetro; un alabastrón de barro; un ungüentario; un rodete para sostener las urnas, de barro oscuro y tres platos del barro del país.

3º. “La sepultura contigua, que distaba de la presente unos ocho metros, en dirección a la cima de la cañada, contenía igualmente diversas vasijas de pequeño tamaño, coloreadas en los ángulos de la cámara; en el centro sólo había una urna pintada con líneas circulares y tercios de círculos, tipo común, con huesos en el interior y tapada con un plato; no acompañábanle armas ni otros objetos’, metálicos. De las restantes piezas de cerámica, que en conjunto suman 22 entre platos, tarritos y vasijas, deben mencionarse; una urna de cuello estrecho, con dos asas, ésta del tipo reproducido en la lámina últimamente citada, número 8; un tarro ovoideo púnico; dos tarritos de la forma número 16 de la lámina aludida antes y siete diminutos platos de fabricación local.”

4º. “Se encontró la sepultura que a continuación se describirá por cima de la anterior, en una especie de portal o escalón que en este sitio forma el acantilado, que casi corre paralelo al de abajo en toda su longitud. Este sepulcro consiste en un hoyo excavado en el terreno de forma de rectángulo, de medidas aproximadas a las de los anteriores enterramientos ; el ajuar funerario consistía en una urna y un gran vaso en forma de jarra, que contenían los huesos humanos, ocupando el centro de la sepultura (véase su forma y pinturas en la lámina XVI, números 4 y 6), y en los ángulos se hallaron pequeños vasos, algunos rotos, irrestaurables y cuatro completos, cuyas formas recuerdan a los números I6 y 20, más un kylix y una fíbula, tipo de La Téne, de hierro, delas que tienen el muelle muy alargado y con una bolita de ámbar en cada extremo de él.”

5.° “Siguiendo las rebuscas por el acantilado superior se halló otra sepultura, cuya construcción, a pesar de amoldarse al hoyo rectangular, con las dimensiones de la generalidad de los enterramientos que venimos estudiando, hízose bajo las capas del terreno estratificado de la peña, formando una cueva, con lo que se logró una fuerte protección para la cámara sepulcral. El ajuar funerario consiste: en dos urnas con los huesos carbonizados, de forma distinta, tapadas con dos platos (véase su decorado y forma en la lámina XVI, números 21 y 5), que se hallaron casi en el centro de la cámara; en otra urna de dos asas (lámina citada, número 8); un tarrito (lámina citada, núm 21); una vasija redondeada, de aspecto romano; un vaso de doble asa de fabricación de Acco, muy mal conservado; una tapadera (lámina citada, núm. 9); un plato campaniano que mide 10 x 4 centímetros; cuatro alabastrones, dos de ellos de vidrio; un ungüetario y un estilete de hueso, y, por fin, una tableta de la misma materia, rectangular y con un orificio de suspensión. De metal no se encontraron más que unos fragmentos de cobre, tal vez pertenecientes a una fíbula”

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