CALLE CÁDIZ

Con la intención de dedicar una calle del pueblo a cada una de las provincias andaluzas y las ciudades autónomas del norte de África -ya hemos visto las correspondientes a Almería, Ceuta, Córdoba, Huelva, Sevilla y Jaén- el nombre de Cádiz se le adjudicó al último tramo del anteriormente denominado Barranco de San Marcos, que se extiende desde su intersección con la calle de Cosme Izquierdo, cruza la calle de Cervantes y termina al borde mismo de la población, una vez que ha llegado a unirse a la calle Elvira.

Esta calle, el barranco, era prácticamente el límite occidental de la población hasta que en la segunda mitad del siglo XX se produjo el crecimiento de vías urbanas precisamente por este lugar.

Hasta principios de los años 90 del siglo XX, el barranco estaba descubierto justamente hasta su cruce con la calle Cervantes, a partir de la cual y en dirección norte, había sido cimbrado en las primeras décadas de este siglo. Fue en las fechas a que nos referimos anteriormente -años 90- cuando el cauce se cubrió en su totalidad, desapareciendo con ello el basurero en que los vecinos de la zona habían convertido este tramo.

Este espacio, como otros muchos del perímetro del pueblo, fue utilizado para las labores del espadado del cáñamo, que tan abundantemente se cosechaba hasta la aparición de las fibras artificiales, que propiciaron su abandono.

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