Pocas personas del pueblo recordaban una cosa igual. Simplemente con decir que el pueblo estuvo incomunicado por carretera durante casi 24 horas, es suficiente para darse cuenta de la envergadura de esta precipitación.

Aspecto que presentaba el puente en plena nevada

El miedo a que el grueso manto de nieve se helara una de esas noche no se cumplió y la nieve fue derritiéndose con «mucha gracia». Si es cierto lo que dicen los expertos, pueden haber sido alrededor de 150 litros de agua por metro cuadrado los que han caído sobre la reseca tierra. Un auténtico regalo.

La belleza que alcanzaron los distintos parajes del pueblo es prácticamente inenarrable. Las fotografías que acompañan a este artículo son un pálido reflejo de lo que en realidad se vivió en aquellas horas de la mañana del sábado: una silenciosa tormenta blanca que envolvía todos los ámbitos y los iba transformando cada minuto que pasaba en algo fantasmagórico, irreal.

Vista de la parte norte del cerro de la Virgen de la Cabeza

Hay que lamentar, eso, sí, algunos daños producidos en naves agrícolas que, sin embargo, se dan por bien recibidos a cambio de esta salvadora nevada.

En el apartado destinado a IMÁGENES de esta misma página se ofrece una colección de fotografías de esta nevada histórica.